Suma que multiplica. Espacio libre para discutir y analizar la cotidianidad

Viéndonos a medias

Viéndonos a medias
Por Malusa Gómez @marylightg*

Qué poca costumbre tenemos de mirarnos a los ojos. Es más, cuando alguien te mira fijo hasta te incomoda, sientes que de una u otra forma te está invadiendo, es intimidante.

Y ahora resulta que con esta nueva normalidad solo nos vemos a los ojos, o solo alcanzamos a ver los ojos de las personas detrás del cubre bocas. Es muy curioso ver la calle repleta de rostros a medias. Eso que antes no hubiera causado temor hoy nos da un poco de confianza y seguridad.

Los bancos siguen repletos de letreros de prohibiciones, no lentes, no gorras no celulares y sí cubre bocas; hemos pasado a tolerar y a exigir ir por la vida con media cara tapada. Y resulta interesante observarnos como autómatas tratando de lidiar y vivir con un trapo en la cara, que no te deja respirar bien, que da comezón, empaña los lentes, pero te hace sentir que cooperas a la causa y te protege del virus.

No voy a entrar en polémica de si sirve o no sirve, para eso tenemos a tanto experto opinólogo que duda de todo y sabe de todo. Si sirve o no la neta no lo sabremos nunca, pero por un principio bastante lógico a mí me parece que si cubres y proteges una parte de tu cuerpo para no expulsar ni dejar entrar al bicho pues de algo debe servir, la cosa es que hay que usarlo y si por algo se te olvida y entras al super, al Oxxo o a una tiendita te sientes como leproso rondando a los sanos y la gente así te ve.

Como siempre las marcas, colores, diseños y tendencias se han hecho presentes. No hemos aprendido nada. Hay cubre bocas desde azules desechables, normalitos y bastante chafas hasta algunos con capacidad de medir niveles de oxigenación y bocina para que se te escuche bien y no distorsionado. Los hay también con sonrisa del guasón, boca de calaca, bordados, tela de paliacate, palomitas de Nike o pumas; solo nos faltan algunos con aplicaciones de Swarovski, que no me extrañaría aparezcan en cualquier momento, sin olvidar los avalados por la OMS ya famosos KN95, que son según esto la neta del planeta.

Pero a lo que yo quería llegar más bien es a esa extraña sensación de ya no vernos completos y aun así vernos y saber si el otro está sonriendo o no. A descubrir cómo con los ojos decimos miles de cosas y cómo los músculos de la cara nos delatan y expresan mucho más de lo que habíamos notado antes. Si te tomas una foto con cubre bocas y sonríes se nota, si ves con indiferencia, atención, cariño o simplemente solo ves, también se nota. Es curiosa la capacidad de adaptación y lo mucho que nos falta por aprender de las mil maneras en las que somos capaces de relacionarnos y sobrevivir.

*Imagen publicada gracias a licencias Creative Commons

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Entremás.mx.