Sentir las emociones
Por Nadia Maurer
Aunque las campañas electorales sea el tema que más tiempo ocupa en mis pensamientos, no voy a escribir sobre las emociones que vivimos los mexicanos.
Hoy decidí escribir sobre las emociones que nos expanden, las que nos gusta sentir y quisiéramos alargar su permanencia en el cuerpo, en cada célula. Todas esas emociones que creemos que deberían de ser perennes, soñamos con alcanzarlas y no dejarlas ir nunca: felicidad, amor, alegría, serenidad, tranquilidad, plenitud, armonía, confianza, placer, entusiasmo, diversión, paciencia, respeto, cariño, plenitud… ¿cuáles más? Nómbralas.
Hay quien afirma que nacimos para lograr un estado de felicidad permanente y que mientras no lo logres, seguirás en la eterna búsqueda siendo un ser incompleto.
Nos sentimos fracasados si no estamos en una actitud positiva incesante ¡todo tiene que estar siempre bien, sonríe!
Y yo me pregunto ¿quién difundió tal falacia, por Dios? Muchísimas personas están obsesionadas con esta idea ¡ahora resulta que el que se enoja pierde! ¡Qué equivocarse no es una opción! ¡tenemos que hacerlo bien y a la primera! ¡llorar no te dejará ver las estrellas! Y así vamos acumulando frases que aprehendemos y limitan la capacidad de amarnos en todas nuestras versiones, en la amplia gama de emociones que existen para sentirnos, aceptarnos y aprender. Cuando solamente queremos experimentar las emociones agradables, nos negamos a nuestra propia experiencia humana, a la temida pero excitante dualidad.
Entonces ¿no voy a ser feliz? Claro que vas a ser feliz y ya has sido feliz millones de veces ¡de eso estoy segura! Recuerda…
La emociones -todas- sirven para reconocerte y guiarte, utilízalas ¡deja de negarte a sentirlas! No son negativas, no son malas, no debes guardarlas. Si las niegas, te estresas porque es mentirte a tí mismo.
Las emociones son como un mapa satelital que te indican en dónde estás para determinar hacia dónde ir.
Una vez que ya pasaste por un lugar se vuelve inevitable revisar la siguiente ruta, decidir qué sigue. Si niegas o escondes “ese lugar” probablemente el mapa te regrese una y otra vez, cómo las experiencias de vida que se repiten continuamente.
Te invito a sentir todas las emociones que experimentas, esas que te suceden aunque no quieras, acéptalas sin juicio; descubrirás que no son tóxicas, seguramente te contraen, eso es lo que te permitirá estar en contacto contigo mismo y desde ahí tomarás distintos caminos para tu propio bienestar acumulando más momentos de expansión cada día ¡también siéntelos y aprende!