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¿Se puede salvar el planeta replanteando la economía?

¿Se puede salvar el planeta replanteando la economía?

¿Se puede salvar el planeta replanteando la economía?

Por Enrique Dans*

Un artículo en Fast Company, «The Green New Deal could change the way America builds—here’s how«, desarrolla el posible impacto que un acuerdo gubernamental para dinamizar la economía de los Estados Unidos basándose en la transición a una economía sostenible podría tener sobre la industria de la construcción, y me sugiere especular sobre hasta qué punto estamos despreciando el posible impacto positivo que un cambio de este tipo podría tener no solo sobre la emergencia climática, sino también sobre la propia economía.

¿Qué ocurre cuando un gobierno obliga a toda construcción nueva a estar equipada con paneles solares, como ocurrirá en California desde el año 2020? ¿Y si te planteas aumentar la apuesta y obligas, en un plazo razonable, a todos los edificios ya construidos a instalarlos? ¿Cuántos puestos de trabajo pueden generarse como consecuencia de algo así? Si se prevé que la demanda de paneles solares en un país se multiplique por un factor importante, ¿no surgirían emprendedores o empresas consolidadas que se planteasen fabricar paneles solares en ese país para tratar de satisfacer esa demanda, considerando que hablamos de procesos razonablemente estandarizados y no especialmente intensivos en mano de obra? ¿Cuánto valor podría crearse si, en un país con una importante tradición de fabricación de automóviles, por ejemplo, se prohibiese a todos los fabricantes poner en el mercado automóviles con motor de explosión, y se obligase a una transición acelerada a la energía eléctrica, considerando que la mayoría de las patentes necesarias para esa transición son de uso libre? ¿Cuántas oportunidades van a surgir o se pueden hacer surgir en los países en torno a estos temas?

La transición de la economía hacia la descarbonización no puede darse únicamente en función del libre mercado, porque el libre mercado va a mantener incentivos para seguir destrozando el planeta durante varias décadas. Lo fundamental es que surjan gobiernos capaces de tomar esa descarbonización como una realidad imprescindible y urgente, y que fuercen la construcción de tejido económico y de empleos en torno a ello, interpretándolo además como una oportunidad de desarrollo que puede incluso aspirarse a liderar. Si un país como Argentina, por ejemplo, en lugar de intentar desesperadamente reequilibrar su balance energético con los hidrocarburos del yacimiento de Vaca Muerta, se plantease llenar el país de paneles solares e instalaciones de generación eólicas, ¿creemos de verdad que no funcionaría, o que económicamente sería inviable? La conocida como maldición de los recursos ha dejado de ser un problema doméstico que afecta a la economía de los países para convertirse en un problema global, pero no estamos haciendo nada mínimamente serio para evitarlo. ¿Cuántos años más y cuántas evidencias científicas son necesarias para que nos planteemos cambiar nuestra forma de hacer las cosas?

Los patrones económicos actuales han dado el resultado que han dado: una especie humana condenada a la extinción en pocas décadas. ¿Podríamos ser capaces de cambiar esos patrones a tiempo como para evitar semejante destino? ¿Qué políticos son capaces de plantear esa transición de una manera suficientemente radical como para que no se quede en un simple maquillaje, y tome las medidas oportunas para poder reaccionar a tiempo? ¿Por qué ese miedo a decir verdades, como que si esperamos a 2040 ó 2050 para prohibir los combustibles fósiles, no servirá absolutamente para nada porque todo el daño estará ya hecho? Si tenemos la tecnología necesaria para plantearnos otra forma de hacer las cosas, ¿por qué los intereses económicos de una serie de industrias claramente dañinas y obsoletas nos impiden hacerlo?

*Texto íntegro e imagen, publicados gracias a licencias Creative Commons

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