Por Mauricio Cervantes*
Camazotz: el Señor Murciélago. La que a primera vista parece una cerámica maya de la más exquisita factura, tendría que figurar en una antología de creaciones apócrifas. Me cautivó desde que la descubrí hace un par de años, al poco tiempo de ser creada. Se trata de una de las piezas finalistas del concurso que organizó Warner Bros Entertainment en 2014 para celebrar el 75 aniversario del paladín de la justicia de Ciudad Gótica.
Si bien, la obra es una versión resultante del profundo estudio iconográfico y formal que el diseñador yucateco Christian Pacheco Quijano hizo de varias esculturas mayas de murciélagos, el verdadero Batman mexicano es el biólogo Rodrigo A. Medellín. El epíteto le fue dado por Sir David Attenborough, el más grande divulgador naturalista de la televisión científica. El Batman de México narrado por Attenborough y producido por la BBC es un documental que cuenta con galardones como el llamado «Oscar Ecológico» que otorga la Whitley Fund For Nature, organización que ha contribuido en más de una ocasión a los programas de divulgación del connotado científico.
Una de las campañas más visibles del Doctor Medellín ha sido la creación desde la UNAM, de la etiqueta Bat friendly para los destilados de agave –o maguey–. La floración del maguey ocurre una vez en su vida, proceso para el cual la planta consume casi todos sus azúcares, mismos que son codiciados por la industria tequilera y mezcalera. Sin flores, no hay semillas, néctar ni reproducción sexual, lo que acarrea un grave desajuste sistémico. Para garantizar el funcionamiento de los ecosistemas y la cadena alimenticia de la que forman parte los murciélagos, basta con respetar la floración de 5% de las plantaciones de maguey, proporción recomendada por el científico, además de ser el mínimo para merecer la etiqueta. Con acciones como éstas, Medellín ha conseguido que algunos quirópteros** salgan de las listas en las que fueron catalogadas como especies amenazadas. Como en la interacción de los magueyes con los murciélagos, en otros casos la explotación agroindustrial ha puesto en peligro relaciones sistémicas de millones de años.
En otro ámbito, el imaginario que Francisco Toledo dedicó a los murciélagos no tiene parangón en la historia del arte contemporáneo. Si algo compartía Toledo con los quirópteros, era la cualidad de estar activo cual radar, para pulsar los cambios más sensibles de su entorno y la de mirar más allá de la apariencia de las cosas.
La interpretación al castellano de sus etimologías griegas, reducirían el vocablo murciélago a la ciega mano alada. Esa resumiría, en muchos sentidos, la manera de actuar de Toledo, cuya mano alada podía moverse dentro de la materia oscura del misterio para develar verdades desde la plataforma de un activismo ecológico, de la cual fue pionero, al vincular en una sola causa, la educación, el arte, la defensa de los derechos sociales y del medio ambiente.
Sobre la naturaleza totémica del murciélago, la transformación es su sino, así como la revelación y entendimiento de nuevas ideas y expresiones que aparecen de forma vertiginosa. Habitualmente su hogar está en el interior de la madre tierra, en abismos y cuevas. De éstas emerge después del crepúsculo, pues es a la caída del sol cuando inicia su jornada. No teme a la oscuridad: puede mostrarnos caminos de transformación que antes no fueron andados, y enseñarnos a afinar la percepción, de tal modo que entendamos el mundo de nuevas maneras. De los sentidos, el más desarrollado en su caso es el oído, donde radica el equilibrio, mismo al que puede accederse de forma simbólica, a través del cambio.
Con seguridad fue en los mitos de su linaje zapoteco, donde Toledo abrevó para inundar sus zoologías con murciélagos. El soots de los mayas está presente en el Popol Vuh y, en la tradición mexica, los mamíferos alados aparecen en un mito que aduce la fertilidad: «tzinacan nace del semen y la sangre derramados por Quetzalcóatl en uno de sus autosacrificios. Es enviado entonces a que muerda el órgano genital de la diosa Xochiquétzal, y una vez que se lo arranca, lo entrega a los dioses, quienes lo lavan, y de esa agua nacen flores olorosas.» (La cita es de María Teresa Muñoz, de un texto publicado en el número 80 de la revista Arqueología Mexicana).
En cuanto a los falsos enunciados relacionados con el COVID- 19, no hay evidencia científica que pruebe que un quiróptero fuera el vehículo de transmisión del virus a los seres humanos. También sin pruebas suficientes, se ha afirmado que la aparición del virus es consecuencia de la presencia de miles de antenas de telefonía móvil de quinta generación, 5G, en Wuhan. Si esta conjetura carece de suficientes evidencias, lo cierto es que científicos de las más diversas disciplinas han cubierto con todos los protocolos para constatar, respaldados en 20 años de investigación, los peligros en la salud producidos por la telefonía celular. Es sorprendente encontrar en internet tan poca información sobre los campos electromagnéticos y sus efectos, como si éste, o la historia de la electricidad, fueran temas de nulo o escaso interés para la ciencia. La tecnología 5G se está implementando sin haber probado que sea inocua, mientras son feroces las campañas de censura de las más grandes cadenas televisivas y diarios en los Estados Unidos contra la información que advierte sobre sus peligros.
A quienes emiten las alertas se les llega a tachar de oscurantistas. Y sí, es posible que, desde los misterios de la oscuridad, esa que rinde tributo a la tierra y a todos los seres que la habitan, es a quien haya que escuchar como hacen los murciélagos cuando perciben – metafóricamente– nuevas realidades.
Una pareja de murciélagos que bebe agua en la piscina de mi casa detonó estas reflexiones, trayendo a mi recuerdo la impactante salida de los tres millones de ejemplares que avisté, después de un atardecer, en el Volcán de Balam Ku, dentro de la Reserva de la Biosfera de Calakmul.
Escribí estas líneas en Mérida Yucatán, dos jornadas antes del 22 de abril de 2020, Día Mundial de la Madre Tierra. Las publiqué entonces y verán la luz de nuevo, hacia el 5 de septiembre, para conmemorar el primer aniversario luctuoso de Francisco Toledo.
* Artista visual. Premio al Mérito Ecológico 2017.
cervantesmauricio@gmail.com