Puebla desde las alturas
Malusa Gómez @marylightg
Cuando era chica la zona de los Fuertes de Loreto y Guadalupe era más bien para que las parejitas dieran la vuelta, y se dieran algunos besos mientras veían la ciudad a sus pies.
De un tiempo a esta parte la han arreglado y la verdad es que quedó muy bonita, ahora hay muchas cosas que hacer ahí. Hay museos, un lago, el Planetario, el Auditorio de la Reforma, el Centro Expositor y muchas cosas más.
La historia cuenta que en abril de 1531 se construyó una ermita de adobe y teja para San Cristóbal. Un terremoto que sacudió la zona a mediados del Siglo XVlll destruyó la ermita y cuando la reconstruyeron decidieron cambiar de santo y quedó bajo la advocación de la Virgen de Guadalupe, después se le dier
on otros usos y finalmente en 1862 se construyó el Fuerte de Guadalupe que hoy conocemos.
El Auditorio de la Reforma es de 1961 y en una época era de los pocos recintos para conciertos que contara con una buena acústica y butacas cómodas y modernas – para la época claro – sin duda era una joya construida por el arquitecto Abraham Zabludovsky.
Hace unos días me di a la tarea, nada despreciable, de pasear por esa zona. Me encontré con muchas sorpresas que ni sabía que existían, como por ejemplo que una serie de carros alegóricos que alguna vez se utilizaron en el desfile del 5 de mayo y que hoy en lugar de estar empolvándose en alguna bodega, los podemos ver y disfrutar además de aprender algunas cosas pues cuentan de manera gráfica la historia de Puebla.
Si en algún momento te cansar de pasear, hay cafés, restaurantes y puestos para relajarte y agarrar aire para seguir con el recorrido de los Museos, tomarte la foto en los coloridos letreros de Puebla o jugar con el efecto del espejo y el foto mural de la Biblioteca Palafoxiana que resulta muy divertido.
Y si quieres apreciar mejor la zona, les recomiendo que se suban al teleférico y atraviesen al otro lado del Boulevard, recorrerán 688 metros. Desde las alturas podrás intentar distinguir las diferentes zonas de Puebla, si tienes suerte y te toca un día despejado, la vista de los volcanes de un lado y de la Malinche del otro, no tiene desperdicio.
Una cosa muy curiosa y hasta un poco ociosa – que también verás desde las alturas – es el mural urbano formado en las azoteas de las casas de la zona. Un mosaico de diferentes formas, en un estilo parecido a la talavera tan poblana en colores blanco y azul. Insisto colores tan poblanos, o tan partidistas, esperemos que si cambiamos de partido en el poder no decidan redecorar las azoteas y nos las pinten de algún otro color.
La verdad es que es un paseo muy recomendable, hay para grandes y chicos. Y por qué no también si pueden, tiene ganas y tienen con quien, que no se pierda la bonita tradición de ir a los Fuertes a darse algunos besos, disfrutar de la vista y sentir que tienes la ciudad a tus pies.