Piden líderes hasta 30 pesos diarios a ‘viene-viene’
Por Mónica da Silva González
Los famosos ‘viene-viene’ o chifladores que encontramos en casi toda plaza comercial, supermercados o lugares donde haya lugar para estacionarse -sobre todo cuando hay problema para realizar esta acción o están muy competidos los espacios-, deben pagar ‘derecho de piso’, es decir, una cuota diaria para realizar ese tipo de trabajo.
Dependiendo de la zona, esta aportación diaria asciende a 30 pesos diarios, que al mes se pueden convertir en hasta 900 pesos mensuales. Si calculamos que un ‘cuidador’ gana 150 pesos diarios por su actividad (un promedio de 19 pesos por hora -propinas de 4 a 5 autos en promedio- en jornadas de 8 horas), la merma de ese ‘derecho de piso’ resulta en un 20% de sus utilidades.
Pero ¿cómo o quién decide cuánto cobrar? Esta conversación se dio en un supermercado de la ciudad el 14 de diciembre:
No nos pagan, nosotros pagamos 30 diarios
- ¿A quién, al administrador?
- No, hay otra persona que tiene las tiendas y todos los viene-viene que viene y tiene San Manuel, Animas, los Mega y él nos cobra
- ¿Dueño de la plaza?
- No, es igual es un voluntario, pero él habla directo con los gerentes y le dan la tienda, él ya mete gente y nosotros tenemos que pagar por trabajar.
- Sólo gana por hablar con los gerentes y con nosotros. Pregúntele a los de Mega si han entrado, le van a decir lo mismo.
Y ésta se dio en un Walmart de la ciudad el 4 de diciembre:
- Nos cobran 30, hay un encargado que se agarró todas las tiendas y él viene
- ¿Y a quién le pidió permiso o él a quién le da moche?
- Yo no sé cómo está eso, pero él viene por semana… nadie lo conoce
- ¿Entonces quién recoge el dinero?
- Hay un encargado de nosotros y él nos lo recoge y ya se lo da al otro
Por su parte, la administración de Vía San Ángel reconoce el hecho, pero subraya que la plaza no tiene nada que ver ni cobra por dejarlos trabajar ahí:
Entremás: ¿Tienen conocimiento de que los cuidadores pagan derecho de piso?
Vía San Ángel: Ellos se organizan, ellos forman un líder y al líder es al que le pagan una cuota diaria, es hasta donde yo sé, la plaza como tal no les cobra absolutamente nada, no hay ningún derecho de piso ni nada, pueden ir a un Aurrera o Walmart o donde ellos quieran a trabajar…
E: La plaza sólo les abre el espacio, los deja estar ahí…
V: Ellos están trabajando y se tienen que alinear al reglamento de la plaza
E: Como cualquier visitante….
V: Sí, no pueden venir en estado de ebriedad y cosas así, pero ellos no le dan absolutamente nada a la plaza
E: Pero sí hay conocimiento de que hay un líder y que les pide la cuota y los maneja; ¿no habla con ustedes el líder?
V: No, hasta donde yo sé.
SIN PROTECCIÓN, TRABAJO INFORMAL
Édgar Félix García Díaz, encargado de despacho y Director Jurídico de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) en Puebla, comenta que no tienen conocimiento del tema, pues no ha llegado ninguna denuncia y no se había tenido referente.
Aclara que no existe en la legislación laboral nada que permita cobrar lo que comúnmente se conoce como ‘derecho de piso’ y que debería existir un contrato con la empresa que le está permitiendo entrar: “No podríamos llegar a inspeccionar, pues es competencia local y aunque es una actividad loable, está en el marco del trabajo informal”.
Al ser un trabajo informal, los ‘viene-viene’ carecen de protección ante la ley laboral; tampoco García Díaz descarta que pudiera ser la misma delincuencia la que los organiza, aunque reconoce que esto es sólo un supuesto personal: “Si se llevara a cabo formalmente una denuncia, se investigaría. La postura de esta dependencia será siempre el trabajo formal y que las empresas promuevan este tipo de trabajo digno”.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos tampoco reporta ninguna queja ni expediente abierto al respecto por este caso, al tiempo que reconoce que tiene poca injerencia en un tema que es meramente laboral.
TOLERADA, FORMA DE EXPLOTACIÓN, DICE ACADÉMICA
La maestra María Eugenia Sánchez Díaz de Rivera, socióloga e investigadora de la Ibero Puebla, (entrevistada para un artículo sobre Cómo cambian nuestra forma de socializar ante la inseguridad) manifestó su preocupación ante este problema: “El cobro que hacen, no sabemos a quién se paga porque eso es ilegal pero está tolerado…”
“…En Costco cobran 30 diarios, en Vía San Ángel, 20, en Walmart 10, dependiendo de la zona. Esto es exprimir literalmente a quien menos tiene. Ya tienes el ingreso del estacionamiento, ahora exprímelos. Estas personas obviamente lo aceptan con miedo, porque están amedrentados. Son estas extorsiones y explotaciones silenciosas que van dañando el tejido social”.
‘DERECHO DE PISO’ SE ORIGINA DESDE EL CRIMEN ORGANIZADO
El ‘derecho de piso’ es una creación de criminales donde se obliga a pagar una cuota periódica a cambio del ‘permiso’ para trabajar, aunque estos cobradores no tienen derechos ni propiedades que los cataloguen como propietarios o dueños de algo por lo que se pueda cobrar.
Son ciudadanos con cierto coto de poder -obtenido y respaldado por lo general por bandas criminales- que pueden amedrentar a las víctimas y hasta hacerles perder su negocio, lugar de trabajo o en casos mayores, salud o vida.
Eduardo Revilla, de Deloitte México, comenta que el derecho de piso en todas las escalas, afecta al país en utilidades de la economía formal e impuestos: “Esta circunstancia coloca en un dilema al contribuyente que debe aportar al presupuesto de instituciones que no logran proteger derechos de propiedad, de libertad de comercio, de seguridad jurídica y de justicia pronta y expedita consagrados por la constitución federal. Con ello, se lesiona -igualmente- el derecho de los contribuyentes a una tributación proporcional y equitativa”.
Y concluye que “con esta distorsión, resulta que de cada peso entregado al crimen organizado por los contribuyentes por concepto de derecho de piso, el fisco recauda legalmente, por ese simple hecho, otros 35 centavos. Algo no está bien”.
