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Mis andadas IX

Mis andadas IX

Por Malusa Gómez*

Cuando estaba recién llegada a Barcelona, hace tres años, creía que todo sucedía y empezaba en Plaza Cataluña. Todos mis trasbordos los hacía desde ahí, tomaba el tren en Sarriá (mi casa) y me bajaba en Plaza Cataluña cuando la señorita del alta voz del tren decía “final del recorregut”. Recorregut es decir del recorrido, una de mis palabras favoritas en catalán.

De alguna manera tenía razón, Plaza Cataluña es el corazón de la ciudad, consiste en una plancha con una estrella enorme que reúne a lugareños con turistas, vagabundos, niños, abuelos, comerciantes, fotógrafos y las palomas. Divide la parte antigua de la ciudad y el Ensanche, de ella parten calles importantísimas como las Ramblas, Paseo de Gracia, la Rambla Cataluña, las rondas de la Universidad y San Pedro, la calle peatonal y más comercial de Barcelona llamada el Portal del Angel, antigua puerta de las murallas.

Las murallas fueron derribadas en 1858. Una vez abiertas las puertas de la ciudad empezaron a suceder cosas en ese espacio, la gente se instaló con sus negocios o a vivir, se hicieron ferias y espectáculos. Así que el Ayuntamiento tomo cartas en el asunto los terrenos feuron expropiados y se empezó a construir un espacio ordenado y que seguiría un proyecto arquitectónico La primera etapa se inició en 1902, la segunda en 1923 con vistas a la Exposición Internacional de 1929 y las obras del metro. En 1924 fue renombrada, pero sin mucho éxito, como Plaza de las Escobas. La inauguró Alfonso Xll en 1927.

De Plaza Cataluña salen la mayoría de las líneas de autobuses, tiene estación de metro, de ferrocarriles y de rodalies, de turibuses, también llegan los autobuses de servicio directo del y al aeropuerto. Es escoltada por el Corte Inglés, la tienda de Apple y un montón de tiendas, cafés y restaurantes más.

Además de la estrella tiene otras expresiones de arte e historia, se pueden distinguir en algunos de sus muros balazos de la guerra civil, rincones con fuentes, bancas, árboles y arbustos. Es un gran lugar para sentarse a ver pasar la vida y el trajín la ciudad, sin duda un imperdible en esa larga lista de cosas para ver en Barcelona, aun así, ha dejado de ser mi punto de salida, es más últimamente, aunque tenga que caminar un poco más hago mis trasbordos una estación antes para evitar las aglomeraciones y tumultos.

Creo que ese es un síntoma clarísimo de que una se está haciendo un poco local, que ya no está de paso y que de una u otra forma estás en casa. Empiezas a compartir sentimientos con los lugareños y le huyes a lugares turísticos y muy concurrido por “guiris”. El término “Guiri” si bien no es muy lindo o políticamente correcto, se ha popularizado en toda España. En sus inicios se referían únicamente a los visitantes mal educados, buenos para la cerveza y el desorden callejero provenientes del Reino Unido; hoy se les aplica prácticamente a todos los turistas de calcetines y crocs o chanclas, con camisetas estampadas de colores chillantes, cerveza en la mano y que aportan poco a la derrama económica del turismo. Segú muchos, son los culpables del mal humor de los meseros, del mal servicio en algunas zonas y los precios ridículamente caros, la proliferación de tiendas de souvenirs chafas y presencia de carteristas. Una exageración desde mi punto de vista, no pueden ser culpables de todo, pero sin duda son la causa de que yo vaya cada vez

menos por esa zona y camine tres o cuatro cuadras de más con tal de no encontrarme con ellos.

Bien dice el dicho ¡todo se pega menos la hermosura!

*Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Entremás.mx.