Las emergencias no dan opciones
Por Enrique Dans*
El Día Mundial del Medio Ambiente, es el momento de recordar que, lo declaremos o no, estamos en la peor emergencia que ha vivido la humanidad desde su origen, y que el primer paso para poder plantearse hacer algo ante una emergencia es reconocer que existe.
El principio del fin de la civilización humana tiene fecha, 2050, pero lo estamos sintiendo ya desde hace tiempo, por mucho que algunos imbéciles se empeñen en negarlo. No, el gas natural no son «moléculas de libertad» ni un supuesto camino de transición, es un combustible fósil y debemos abandonar su uso, no hacer una transición hacia él.
No hay ningún a conspiración ni ningún plan: hablamos de evidencias científicas, no de teorías. La crisis climática afecta a nuestra salud, y la afectará aún más a medida que especies transmisoras de enfermedades se extienden a nuevos territorios. Las compañías esperan costes cercanos al billón de dólares derivados de desastres relacionados con la emergencia climática a lo largo de los próximos cinco años, mientras muchos ciudadanos pretenden seguir con su vida como si no pasase nada, como auténticos protagonistas de aquella metáfora de la rana en la olla.
Más de mil millones de personas en migración forzada debido a la imposibilidad de vivir en donde ahora viven, y dos mil millones más con problemas de abastecimiento de agua potable. Colapso de la agricultura en el cinturón tropical y subtropical, que provocará una gran escasez de alimentos. Migraciones y hambre: un escenario que nadie quiere vivir, pero que prácticamente nadie está haciendo nada para evitar. Lo dijimos en su momento: el informe de IPCC era un informe de consenso, y como tal, obviaba los efectos de retroalimentación más importantes. Por mucho que pareciese alarmista, era, en realidad, demasiado optimista.
Existen soluciones. El coste de las energías renovables disminuye cada vez más, se convierten en una alternativa cada vez más realista, y permiten plantearse un abandono de los combustibles fósiles a pocos años vista, en lugar de a varias décadas… pero todos los países van por detrás con respecto a lo que se habían comprometido a hacer. Tan solo cien compañías son responsables del 71% de las emisiones globales, y pretenden que no hagamos nada para evitarlo. En varias décadas, todo lo que hagamos será ya completamente inútil. Hay que actuar ahora. Se pueden hacer cosas, pero hay que partir de la información adecuada, difundirla y marginalizar a los idiotas e irresponsables que aún buscan explicaciones magufas alternativas. Hay que generar un escenario de opinión pública que refleje la verdadera situación: estamos en una emergencia, y las emergencias requieren respuestas excepcionales.
Ajustemos nuestras prioridades. Nunca, en toda la historia del hombre, ha habido nada más importante que esto.
*Texto íntegro e imagen, publicados gracias a licencias Creative Commons