La “renta turística”: el efecto Airbnb
Por Mónica da Silva
Airbnb es la novedosa empresa que permite rentar, por días, un cuarto o toda tu propiedad a otro particular (generalmente turistas) y que ahora está valuada en más que la cadena Marriot, líder de hoteles a nivel mundial.
El fenómeno global de esta norteamericana es que está dejando vacíos a los Centros Históricos de las principales ciudades del mundo, pues es más lucrativo rentar tres o cuatro días a turistas, que vivir la propiedad o rentarla por mes.
Pero aquí en Puebla, lejos de preocuparse por el desalojo de un Centro Histórico que de por sí ha perdido su valor como vivienda, surge el conflicto con los Hoteles y Moteles, cuyos dueños ven demasiadas facilidades hacia este negocio ‘millenial’ y serias restricciones para ellos.
¿COMPETENCIA DESLEAL?
El fenómeno de alquiler vacacional afecta directamente a los hoteleros, ya que lo consideran competencia desleal. A un hotelero se le solicita tener extintores, medidas de seguridad de Protección Civil, impuestos especiales, licencia de funcionamiento, entre otra larga lista de requisitos, mientras que un particular puede rentar un cuarto con goteras o con un cable a punto del corto circuito, que nadie se entera.
Gustavo Ponce de León, Director Ejecutivo de la Asociación Poblana de Hoteles y Moteles, considera injusta la inversión que hace un hotelero comparado con la poca exigencia en este tipo de servicios: “No se vale que gente que tiene una casa y habitaciones, pueda habilitarlas como hotel sin ninguna protección, sin ningún respaldo de la autoridad, están haciendo una competencia desleal”.
Construir una habitación promedio en un hotel regular tiene un costo de 1.5 mdp y supera los 2 mdp, si es de lujo. El Crowne Plaza cuenta con una inversión de 750 mdp y tiene sólo 150 habitaciones: “Invertir es un esfuerzo grande y nosotros pagamos un montón de cosas y ellos nada, por eso vamos a actuar; ya hablé con las autoridades para ver este caso. Nos vamos a oponer rotundamente y vamos a luchar porque ya me han dicho algunos socios que no se valen este tipo de negocios; que no vengan los extranjeros a imponer una modalidad. Hablaremos con Turismo, Hacienda, el SAT y hasta el Seguro social, porque ¿acaso ellos van a pagar cosas como el IMSS de quien haga ahí la limpieza?”.
¿QUÉ ASPECTOS SE EXIGEN A LOS HOTELEROS?
-Alta en Hacienda -Registro Nacional de Turismo (cada dos años)- Licencia de Funcionamiento – Dictamen de Bomberos – Licencia de Salubridad – Plan de Contingencias – Pago de cuotas ante la Asociación de Autores y Compositores- Pago del SIEM – Seguro de Responsabilidad Civil – Certificado de fumigación (trimestral) – Reglamento interior para huéspedes – Contrato de Adhesión con PROFECO – Afiliación al Sindicato de Hoteles y Moteles – Pagos de: Predial, Agua, IMSS, derechos por anuncios comerciales –Acta Constitutiva – Poder Notarial (para pleitos y cobranzas) – Mantenimiento –Licencias anuales -Contratos de Adición – Señalética, extintores– Rutas de evacuación
“No competimos con el sector hotelero”
Airbnb clama ser una empresa que trabaja de la mano con los gobiernos y que no sólo quiere contribuir en materia impositiva -como ya lo hace en la Ciudad de México con un impuesto del 3% en cada reserva- sino en materia de promoción cultural y turística, pues aseguran llegar a donde los hoteles no tienen presencia, cubriendo así necesidades que no compiten con el sector hotelero.
La empresa se defiende diciendo que el 75% de sus anuncios (hospedajes) no están en zonas hoteleras, haciendo que los viajeros puedan ir a zonas que normalmente no reciben turismo. Cubren a un nicho de mercado distinto al ofrecer una experiencia única, pues se convive directamente con otras personas que habitan el lugar o bien, son lugares vacíos pero que no cuentan con restaurante, portero, servicio de limpieza y otros, situación que difícilmente elegiría un viajero de negocios sin tiempo para nimiedades.
“Este es un nicho que no compite con la actividad hotelera de la Ciudad de México; los usuarios de la plataforma tienen un promedio máximo de 35 años, están buscando otro tipo de experiencias y de hospedaje; no tienes un restaurante, portero o servicio de limpieza que te resuelva, tú tienes que ver esas cosas”, dice Rocío Paniagua, vocera de Airbnb en México.
La experiencia anfitrión -huésped
Eni, una usuaria poblana que es tanto huésped como anfitriona -renta su propiedad cerca del Centro Histórico-, cuenta su experiencia de forma positiva: “La plataforma me ha ayudado porque mi trabajo me obliga a viajar y mi casa está generando gastos y esto me ha ayudado a amortiguarlos; empecé a rentar una habitación hace dos años y yo elijo si la rento cuando voy a estar, que en lo personal me encanta hacerlo y convivir con la gente”.
En su cálculo personal, ha rentado un 70% de ocasiones a extranjeros y el resto a turismo mexicano, aunque reconoce que los locales no estamos habituados a convivir. Asegura que sólo ha tenido una experiencia desagradable de un usuario que no se hizo responsable por un descuido. Cuando ella no está, su hermana da las llaves a sus huéspedes.
De igual modo, en su experiencia como usuaria le ha ido bien: “La gente me recibe muy bien, como si fuera un miembro de su familia, además de que me dan independencia y he descubierto cosas como el yoga – por una anfitriona italiana- y me cambió la vida”.
LA INSEGURIDAD
Asimismo, la preocupación inmediata es la falta de seguridad que pudiera representar hospedar a un extraño o introducirse en la casa de alguien más: “Esto (de vivir otra experiencia) son puras mentiras porque desgraciadamente si alguna familia que renta su habitación ¿tiene seguridad? Si los asaltan, si una persona se muere, se suicida, si se mete un delincuente, si alguien se pasó de droga, que se peleó una pareja, etc., en todos esos casos, la Asociación da servicio, acompañamiento y asesoría. En los otros casos ¿quién se va a hacer responsable? ¿Qué va a pasar en casas donde la gente ni siquiera tiene noción de cómo dar un masaje cardiaco, respiración de boca a boca? En los hoteles sí hay capacitación de este tipo para el personal y los hoteles grandes tienen médico de planta.
“No nada más es meter a la gente”, continúa. “¿Quién va a garantizar que esas personas tienen solvencia moral? ¿Quién dice que a esta familia no se meten en su casa y hasta los matan o violan a las jovencitas”? Si en los hoteles tenemos vigilancia y cámaras y se nos meten delincuentes… veo mucho riesgo metiendo gente extraña a mi casa, con mis hijos o nietos”.
Incluso los hoteleros tienen un acuerdo firmado contra la trata de personas, situación que Ponce de León cuestiona sobre las garantías de que “esas casas” no se aprovechen para dar un servicio de esta naturaleza.
Airbinb, por su parte, insiste en que las cuestiones de seguridad son cubiertas. Aseguran ser una empresa de tecnología y que a través de ella, se comparan incluso los usuarios registrados con listas internacionales de fugitivos y terroristas, además de tener algoritmos que detectan patrones sospechosos como tiempo de reservación, contra tiempo de estadía, etc.
Ofrecen también un servicio al cliente que trabaja 24 horas los 365 días del año y que atiende en once idiomas, además de que los anfitriones cuentan con un seguro de un millón de dólares si sucede algo negativo, siempre y cuando la reserva se haya hecho dentro de la plataforma.
Los comentarios son también una gran oferta de seguridad por parte de Airbnb que los propios usuarios construyen, pues las propias personas califican y construyen la confianza tanto de huéspedes como de anfitriones, modus operandi similar al de Uber. Asimismo, los anfitriones cuentan con filtros que ellos designan, si es que sólo quieren rentar a mujeres o a cierto rango de edad.
La usuaria Eni atribuye la diferencia de uso de la plataforma por el mismo sistema de inseguridad en el país. Ha rentado lugares en Oaxaca y Chiapas sin miedo alguno y considera que rentar alguna en Sinaloa o Tamaulipas ya no es cuestión de la aplicación en sí, si no de la situación social y política del país.
RENTA TURÍSTICA: CONFLICTOS DE INTERÉS
En Barcelona, intentan legislar un límite de 75 días de renta en Airbnb -o plataformas similares- al año, pues aunado a la desertificación de barrios clave como Raval o la Barceloneta, se manifiesta el fenómeno de la gentrificación cuando capitales chinos, alemanes o cualquiera que tenga oportunidad, compran edificios al por mayor para rentarlos en este tipo de negocios.
Alejandro Cañedo, Secretario de Turismo del Municipio de Puebla, afirma que Puebla está lejos de tener este problema y aclara que, aunque no hay un diagnóstico o censo sobre cuántas propiedades utilizan este sistema, un sondeo realizado el verano pasado mostraba que cerca del 2% de los visitantes a la ciudad, se hospedan por Airbnb y que la tendencia es que este rubro crezca, tal y como sucedió con Uber.
El problema -reitera Luis Rodrigo Gonzalez, Director de Proyectos del despacho Rearquitectura- es que al convertirse únicamente en rentas turísticas, las colonias se quedan sin gente que las defienda y que les tenga arraigo: “Se pierde la dinámica del ‘vecino’, donde tu mamá se llevaba con todos y tú salías a jugar con otros niños de la cuadra. Entre la inseguridad y lo que ha crecido la ciudad, la dinámica de ocio se convierte en ir al centro comercial”.
Los hoteleros ven otro caso de competencia desleal específicamente en el Centro Histórico, por el alto costo que representa el rescate de casonas en esta zona: “Las inversiones son millonarias y en el rescate tiene que intervenir el INAH, la federación, el municipio, etc.” Hay casonas convertidas en hoteles boutique muy bonitos con mucho esfuerzo y ellos sólo vienen y rentan”.
Airbnb surge en San Francisco California cuando sus fundadores Brian Chesky, Joe Gebbia y Nathan Blecharczyk no pueden pagar la renta de su departamento y rentan a un inquilino parte de su piso, hospedándolo en un colchón de aire (air).
Al nombre se le suma el acrónimo de bed and breakfast, concepto conocido en el mundo de los hoteles para un hospedaje económico, rápido y cómodo, quedando así un nombre que se traduce en Airbed&breakfast.
DATOS ANUALES PUEBLA
PUEBLA | |
Llegada de huéspedes | 11,000 |
Anuncios | 840 |
Anfitriones | 670 |
Ingresos anuales de un Anfitrión típico | $9,000 MX / $500 USD |
Noches reservadas al año (en promedio) | 20 |
Duración de estancia (en promedio) | 3 noches |
- Airbnb creció 189% en la República mexicana
- En México, 78% de la gente cree que Airbnb ayuda a la gente con ingresos extra y que ofrece opciones más económicas para los viajeros (investigación de Ipsos)
- La mayoría de los anfitriones en México son mujeres y de la tercera edad