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La importancia del plan de acción medioambiental

La importancia del plan de acción medioambiental

La importancia del plan de acción medioambiental

Por Enrique Dans*

Una larga lista de empleados de Amazon – 5,237 y subiendo – firman públicamente una carta abierta dirigida a Jeff Bezos y a su consejo de administración, reclamando el desarrollo de un plan de actuación medioambiental corporativo que incorpore la lucha contra el cambio climático. El documento, que incluye una recomendable lista de referencias bibliográficas, afirma que “Amazon tiene los recursos y la escala para despertar la imaginación del mundo y redefinir lo que es posible y necesario llevar a cabo para enfrentar la crisis climática”, y califica el momento como una oportunidad histórica para que Amazon se alinee con sus empleados y señale al mundo que está preparada para ser un líder en este ámbito.

El documento es una muestra de activismo muy poco habitual en una compañía caracterizada generalmente por la discreción, y supone una medida de presión que conmina a la compañía a poner en marcha una serie de medidas urgentes de descarbonización, tales como el uso de energías renovables, el no quedarse simplemente en propósitos de reducción de emisiones que con el fuerte crecimiento de la compañía implican en realidad incrementos, la interrupción de la colaboración con empresas de extracción de hidrocarburos, o el evitar las donaciones a campañas de políticos que no apoyen la lucha contra el cambio climático.

Además, trata de separar duramente las acciones de greenwashing de las realidades, poniendo en contexto algunas de las iniciativas anteriormente publicitadas por la compañía como supuestos logros: la meta de desplegar cincuenta instalaciones de generación de energía solar en almacenes de la compañía en 2020 afecta, en realidad, a tan solo un 6% de los edificios corporativos de la compañía, y supone una reducción minúscula de su huella total de carbono, y la reciente adquisición de 20,000 furgonetas diesel de reparto implica que su impacto tendrá que ser balanceado mediante la adquisición de créditos de emisiones. La política de Shipment Zero, anunciada como un logro por Amazon, no se compromete, en realidad, a disminuir las emisiones en comparación con los niveles actuales, porque dada la tasa de crecimiento de las actividades de la compañía, lograr que el 50% de los envíos netos tengan cero emisiones en 2030 aún podría significar un incremento de las emisiones en comparación con las actuales.

Otras compañías relevantes, como Apple, están avanzando también metas en este sentido: tanto sus instalaciones propias como sus tiendas están ya alimentadas al 100% con energías renovables (eso implica adquirir suficiente cantidad de energía de fuentes sostenibles como para equilibrar su consumo total), y sus productos incluyen un porcentaje cada vez mayor de materiales reciclados de aluminio y plástico. Pero en realidad, las instalaciones de la compañía suponen tan solo un 26% de su huella total de carbono. Para actuar sobre el 74% restante, que se origina en sus proveedores, la empresa ha presionado ya a 44 de ellos, incluidos los más representativos, Foxconn y TSMC para que produzcan igualmente con energías renovables. Apple ha definido el cambio climático como una de las amenazas más importantes para su actividad, y Tim Cook ha llegado a decir a sus accionistas que si son negacionistas del cambio climático, no están dispuestos a tomarse en serio las iniciativas de la compañía o van a cuestionar las inversiones realizadas en este sentido, deberían vender sus acciones.

La conciencia sobre la realidad del cambio climático está creciendo cada vez más, se está convirtiendo en el elemento más importante de la responsabilidad social corporativa, y vamos a encontrarnos movimientos de este tipo en cada vez más compañías. Tener un plan de acción medioambiental corporativo es una necesidad cada día más fundamental. Esto ya no es simplemente marketing, es otra cosa mucho más importante, y requiere directivos preparados para entenderlo adecuadamente, darle la relevancia que realmente tiene, y tomar decisiones adecuadas en ese sentido. Proporcionar información correcta y objetiva que contrarreste los años de desinformación generados por las empresas de hidrocarburos es cada día más importante, como lo es el liderazgo que las empresas y los políticos puedan desarrollar en ese sentido con arreglo a criterios de información que sean de verdad rigurosos y correctos.

No tengas ninguna duda en este sentido: el consenso científico es total, la lista de organizaciones científicas a nivel mundial que afirma que el cambio climático es una realidad y que ha sido provocado por la acción del hombre es interminable, y los negacionistas son, cada vez más, calificados como auténticos magufos irresponsables que citan absurdas teorías conspiratorias o supuestos factores totalmente irrelevantes y no relacionados, como supuestos efectos de los ciclos geológicos o de la actividad de las manchas solares. Simplemente, excusas absurdas para pretender ponerse de perfil, sacar de la chistera una supuesta explicación alternativa y mirar hacia otro lado. No te dejes engañar, por mucho que afirmen saber más que toda la comunidad científica: el cambio climático es la mayor amenaza que la humanidad en su conjunto afronta en este momento, el reto más complejo que tiene que superar en el espacio de pocas décadas, y no admite discusión ni teorías peregrinas de ningún tipo. Quien diga lo contrario es un ignorante y un irresponsable.

*Texto íntegro, publicado gracias a licencias Creative Commons

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