La competencia como síntoma de disrupción
Por Enrique Dans*
Me pareció muy interesante este artículo en Protocol que cita a Phil Spencer, VP de Gaming en Microsoft, en el que identifica a Google y a Amazon como sus mayores competidores en el futuro, dejando completamente de lado a los jugadores tradicionales de la industria, Sony y Nintendo.
Se trata, sin duda, de uno de los signos más evidentes de la disrupción: cuando, de la noche a la mañana, tus competidores cambian completamente, dejan de ser aquellos cuyos movimientos llevas años siguiendo con atención o incluso en muchos casos con obsesión, y pasan a ser unos recién llegados, que o bien no conoces, o bien, como en este caso, suponías dedicados a otro tipo de negocios. Precisamente hace dos días comentábamos el caso de la industria relojera suiza, y cómo tercamente renunció a analizar como posible competidor a la marca y al producto que, tras muy pocos años, la han convertido en obsoleta, en una industria en declive, en un vestigio residual del pasado, en un producto poco menos que para nostálgicos.
La industria del gaming cambia definitivamente: pasa de estar centrada en el hardware, en la venta de consolas y juegos, y pasa a ser un modelo de suscripción y servicio, con todo lo que ello conlleva. Para las marcas que prácticamente fundaron esa industria, un cambio así puede tener implicaciones profundísimas, y su viabilidad de cara al futuro depende, básicamente, de lo rápido que sean capaces de visualizar, entender e interpretar este cambio.
En el análisis de Microsoft, el gaming del futuro será cloud gaming, tendrá lugar no en una consola sino en la nube, y en consecuencia, tiene sentido ignorar a los competidores tradicionales basados en el modelo antiguo y pasar a preocuparse por los que tienen capacidad, demostrada o no, de ser actores relevantes en ese ámbito. Google ya ha definido su estrategia, Amazon aún no, pero ha dado muestras de estar en ello. Para Microsoft, la evidencia de que su apuesta estratégica por Azure, que la ha convertido en uno de los líderes de la computación en nube, nunca fue ninguna tontería, y que ahora se encuentra como dos de sus líneas de negocio más relevantes, gaming y cloud computing, terminan confluyendo. Pero para el resto de competidores tradicionales, un reto de primer nivel, sobre todo si no saben leer el tablero pronto.
La apuesta de Google por Stadia, centrada en un fortísimo desarrollo tecnológico para evitar los problemas de ancho de banda o latencia habituales en este tipo de entornos, ha despertado de golpe a una industria que tradicionalmente se había centrado en la venta de productos de hardware o de soportes metidos en cajas recubiertas de celofán. En su momento, propuestas como Steam ya supusieron un importante cambio en la transición de producto a servicio de esta industria, pero a pesar de su fuerte crecimiento, nunca fue vista por los principales competidores como una verdadera amenaza. Con Stadia, la cosa cambia, y quien no lo vea, ya sabe a lo que se arriesga.
Tener la capacidad de visualizar la disrupción en una industria cuando surge es una capacidad muy importante, que puede condicionar la supervivencia futura de los competidores tradicionales. Cuando se produce, es muy posible que los atributos que considerabas fundamentales para el éxito en esa industria se conviertan en irrelevantes, y surjan otros completamente diferentes que, si no tienes, te pueden dejar fuera de juego.
Si estás tan tranquilo en una industria, incluso si eres líder, y ves de repente que te aparecen competidores, chicos nuevos en el vecindario, new kids on the block que no estabas acostumbrados a ver, vengan de la nada como desconocidas startups o de otra industria relacionada o diferente, no ignores esa advertencia. Puede ser uno de los síntomas más claros que te avisa de una inminente disrupción.
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