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Hablando de emociones

Hablando de emociones

Hablando de emociones…

Por Nadia Maurer

Después de una larga pausa heme aquí hablando de emociones nuevamente. Me cuesta trabajo retomar el hábito de escribir; sin embarg,o las ideas, los temas y los títulos de cada artículo han estado ahí dando de vueltas en mi cabeza todos los días y a todas horas porque la vida misma es un movimiento de emociones constante.

Mi quehacer diario es hablar de emociones ¡aunque sea conmigo misma! Todo lo que me sucede y todo lo que pasa a mi alrededor contiene emociones. El cuerpo constantemente reporta con respuestas y reacciones emocionales, pero muchas de ellas pasan desapercibidas porque son más rápidas que la sensación física y no tenemos la costumbre ni estamos sensibilizados a detectarlas.  De hecho, cada pensamiento que tenemos genera una emoción y esa emoción debería ser el termómetro, el parámetro, la medida que nos indica como estamos ante la vida, ante nosotros mismos y con respecto a los demás.

Si aprendiéramos a sintonizarnos con nuestras emociones nos evitaríamos muchos conflictos y malentendidos, nos libraríamos de competencias desgastantes y trabajaríamos desde la seguridad que otorga el sabernos capaces de sentir, actuar, hacer, pensar, aprender y corregir.  Todas las relaciones son intercambios emocionales ¡nótalos, hazte cargo, aprende y transfórmate!

La persona que reconoce sus emociones y sabe nombrarlas; la persona que acepta lo que siente y se da la oportunidad de utilizar esa información como un G

PS interno, la persona que no le teme a sus propias experiencias emocionales, es una persona que sabrá adecuarse a cada situación disfrutando la vida tal cual es. Gozará los momentos de expansión y de contracción. Admitirá la diversidad de opiniones, de posturas, de ideas y de reacciones como una oportunidad de Ser más completo cada vez. Podrá rendirse y soltar el control sin sentirse menos, sin complejos ni culpas. Aquel que recibe las emociones como función vital se beneficiará con su propia revelación y amará a todos por igual ya que desaparecen los enemigos para convertirse en informantes.

Reconocer nuestras emociones sin temor nos regala la oportunidad de ir y venir rítmicamente; dar y recibir con gratitud porque así es la vida, así es el universo y así es el pulso emocional de todos los seres humanos.

Esta semana te invito a sentir cada una de tus reacciones, qué las desata, qué emociones surgen, donde las sientes y que te dicen a tí de tí.

¡Feliz de estar de regreso!

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