Por Santiago Sánchez L.*
El conflicto entre Gaza e Israel ha sido una fuente constante de tensiones y desafíos en el Medio Oriente que han dado forma a una disputa prolongada recrudecida en el último trimestre del año pasado, lo que mantiene a la zona como uno de los dos focos bélicos más preocupantes de nuestro mundo.
El inicio del conflicto se remonta a mediados del siglo XX con la creación del Estado de Israel en 1948. La partición de Palestina generó una ola de desplazamientos y tensiones entre comunidades judías y árabes. La guerra de 1948-1949 estableció las bases de las hostilidades y sentó las primeras piedras de lo que se convertiría en un conflicto de larga data.
Las guerras árabe-israelíes, especialmente la de 1967, ampliaron el conflicto y llevaron a la ocupación de territorios palestinos, incluida la Franja de Gaza. Esta ocupación ha sido una fuente constante de tensiones y resistencia palestina.
A fines de la década de 1980, Hamas, un grupo político y militar palestino, emergió como una fuerza significativa en la Franja de Gaza. Su formación marcó una nueva fase en el conflicto, con un enfoque en la resistencia armada y la oposición a la ocupación israelí.
A lo largo de los años, se han llevado a cabo varios intentos de resolver el conflicto a través de procesos de paz, como los Acuerdos de Oslo en la década de 1990. Sin embargo, las negociaciones han enfrentado numerosos obstáculos, incluidas las disputas territoriales, el estatus de Jerusalén y la seguridad.
El bloqueo impuesto por Israel a la Franja de Gaza en 2007 ha exacerbado las condiciones humanitarias y económicas en la región. Las respuestas militares a lo largo de los años, como las operaciones “Plomo Fundido” en 2008-2009 y “Borde Protector” en 2014, han dejado un rastro de destrucción y pérdidas civiles.
En mayo de 2021, se acrecentaron las tensiones en la zona, con la expulsión de familias palestinas en el vecindario Sheikh Jarrah y los enfrentamientos en la Explanada de las Mezquitas que avivaron las llamas de un conflicto ya inflamado.
El intercambio bélico, surgido en octubre de 2023, llama a la comunidad internacional a participar en un proceso objetivo e integral que permita comprender las dinámicas de la zona, reconocer las aspiraciones y derechos legítimos de ambas partes, para sentar así las bases para un proceso de paz duradero en una región que ha conocido demasiado tiempo de sufrimiento y desafíos. Apremia construir una solución.
*Texto íntegro e imágenes, publicados gracias a licencias Creative Commons