Brevísima guía para una dieta digital saludable
Por Felipe G. Gil/ lab.cccb.org/*
Se habla mucho acerca de la toxicidad de las redes sociales e Internet cuando pensamos en el uso que hacemos de la tecnología. Hay dos metáforas muy mundanas que a mi me sirven para articular una relación sana con Internet. La primera es la del cuchillo.
Un cuchillo es una herramienta necesaria en una cocina. Es necesario para trocear los alimentos, para hacerlos accesibles para poder ingerirlos. Pero un cuchillo puede cortar. Puede servir incluso para matar a una persona. Por eso creo que es importante empezar a diferenciar el uso que hacemos de una herramienta de la herramienta per se. La herramienta está aquí y ha venido para quedarse. Lo que tenemos que debatir es qué uso hacemos de ella. Y en ese sentido, todos los usos que sirvan no para hacer daño sino para facilitarnos la vida, para defender valores que son universales como la equidad, la diversidad, etc.,son los que tenemos que favorecer. Internet es un cuchillo que debemos usar para cortar racismo, machismo, xenofobia, etc.
La otra analogía que me sirve mucho es la del riego. En muchas ocasiones se piensa en términos absolutos nuestra relación con las redes: estar o no estar conectados. Nadie riega una planta con más agua de la que necesita al día porque también puede ser nocivo. Con Internet y el uso que hacemos de la tecnología sucede lo mismo: un riego constante y contenido puede ser más saludable que la sequía más absoluta o el exceso de agua. No debe dejar de fomentarse la desconexión temporal o el uso controlado. Pero creo que hay que encontrar un equilibrio entre hiperconectarse y hacer que nuestra identidad dependa por completo de las redes e Internet (exceso de agua) o desconectarse por completo y generar un desapego que puede ser antinatural (sequía absoluta)
*Texto íntegro e imágenes, publicados gracias a licencias Creative Commons