Aquí estoy, si me necesitas
Por Carlos Palafox Galeana
Hace varios años, sentado en la alfombra de una famosa librería, leí ávidamente el primer libro que a ojos cerrados tomé entre mis manos: “Here If You Need Me, A True Story” (Back Bay Books, 2007), en el que Kate Braestrup relata el recorrido existencial que realizó junto con su familia luego de la muerte de su esposo.
Semper fidelis, base del juramento que realizan los Marines estadounidenses (“no se deja a nadie en el campo de batalla”) le sirve como punto de partida para evidenciar esa necesidad de compasión y solidaridad que tenemos todos los seres humanos.
Sus líneas me hicieron repensar el amor, como elixir de vida, como una fracción del cielo en la tierra.
Amor que nos empuja a estar ahí, junto al otro, cuando los demás se van. A extender los brazos para contener, sostener e impulsar. A acompañar en los largos silencios. A mirar la vida a través de ojos de distintos colores. A sentir a través de poros de otras pieles. A respirar pausadamente los profundos suspiros ajenos.
Recordé -convencido- que no hay pesadilla que no se convierta en sueño, si se comparte con una sonrisa transparente o con una luminosa mirada. Que el dar en el amor llena a todos, como vasos comunicantes.
Vivir en el amor no requiere de palabras. O al menos, no más de 5: “Aquí estoy, si me necesitas”.