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Asincronías

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Asincronías

Por Carlos Palafox Galeana

En los días recientes, me han llamado la atención dos eventos que por su esencia, contrastan con la fiebre democrática post-electoral que hemos vivido este mes en México.

El primero de ellos, es la reacción de Morena respecto de la sanción que le impuso el INE por la disposición de recursos de un fideicomiso creado para el apoyo de víctimas del sismo del pasado 19 de septiembre. Independientemente de la discusión respecto de si el Instituto tiene o no facultades para revisar y sancionar dicho mecanismo, me sorprendió el error del equipo de comunicación lópezobradorista, que durante años se ha apegado a una espléndida y disciplinada estrategia, al subir al ring mediático para defender el tema no a su presidenta nacional, sino al virtual presidente electo. Una asincronía imperdonable. El tema del fideicomiso de Morena con el INE, no le corresponde ya pelearlo a nuestro virtual presidente. Y mucho menos pelearlo con la faceta de líder opositor, cuando su comportamiento post-electoral ha sido de un ganador incluyente, conciliador y renovador.

Los estrategas de este equipo deberían  marcar pues distancia con los asuntos de partido, o corren el riesgo de enlodar las alas de un presidente electo por una amplia mayoría, que debe enfocarse en asuntos de Estado y ya no del instituto político que lo abanderó.

Otro ejemplo de esta asincronía es que buena parte del futuro gabinete corre alegremente en pistas diferentes a las de su jefe, buscando jalar reflectores y metiendo en la agenda del círculo rojo temas sin ton ni son. Quizá les falte una pausa para reflexionar en qué guerras van a utilizar el gran bono democrático con el que cuentan gracias a su líder, y no dispendiarlo en batallas innecesarias, y especialmente a tanto tiempo de distancia de que inicie su periodo constitucional.

El segundo evento, es la asincronía que se observa en Puebla. Por un lado, una candidata con constancia de mayoría que ha realizado esfuerzos de conciliación con algunos de sus contricantes, pero a la que muestran sola, luchando a contracorriente, sin un equipo que evidencie no solo solidez jurídico-electoral, sino que ya se están plasmando las propuestas de campaña en programas de gobierno; que la campaña ya terminó y que se está hilando finamente la inclusión y reconciliación que tanto ha exigido la sociedad poblana en los últimos años.

Por el otro, un candidato que impugna mediáticamente la elección, sin mostrar ni robustos razonamientos jurídicos, ni el respaldo de diversos sectores con los que se relacionó en el Senado. Se mueve protegido, más por el canto de corifeos y la ira de vengadores, que por la convicción de la verdad jurídica.

Quizá a ambos les vendría bien sincronizar lo que prometieron ser y empezar a serlo y hacerlo. Puebla también es México.