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Vivamos México

Vivamos México

Vivamos México

Por Carlos Palafox Galeana

El mundial de fútbol, y en especial el triunfo ante Alemania, nos hace sentir muy tricolores. Nos ponernos la camiseta de la selección, pintamos franjas en los rostros, diseñamos alineaciones y estrategias, salimos a las calles con la bandera en todo lo alto.

Llenamos calles y plazas, nos reunimos con familiares y amigos, disfrutamos los partidos. Sentimos a un México muy nuestro y gritamos a todos pulmón que VIVA; QUE SÍ SE PUEDE.

Pero, en mi opinión, ese patriotismo tiene sentido solamente si lleva un complemento: hacer que México efectivamente VIVA y PUEDA, más allá de una simple demostración de euforia futbolística.

México no es una ficción. Propia cuando se trata de festejar su Independencia, Revolución, o el triunfo de algún equipo representativo; ajena, cuando es para señalar culpables de crisis, corrupción o violencia.

México es una realidad. Una realidad que construimos o destruimos cada uno de los seres humanos que pisamos su tierra y respiramos su aire. Todos somos dueños de nuestro país, y por lo tanto, no podemos dejar en manos de nadie más su conducción y destino.

México es el empleado que se levanta en Chalco a las 4 am para llegar a su trabajo en Ciudad Satélite a tiempo. México es el profesor que camina kilómetros cada mañana para llegar a su salón en la escuela rural. México es la madre y el padre que educan a sus hijos con ejemplo e integridad; el obrero productivo; el empresario proactivo; el estudiante dedicado; el campesino que deja la vida ante intermediarios, a cambio de unos cuantos pesos.

México (con sus recursos), no es de los gobernantes, ni de los políticos, ni de los coyotes, ni de los delincuentes, ni de los líderes sindicales o empresariales. Es un México de todos, responsabilidad de todos, en el que todos tenemos que hacer con esfuerzo, entrega y gratitud la parte que nos corresponde. Nadie puede sentirse parte de este barco, si no rema al parejo que los demás. Nadie puede encargarle a un solo hombre (ni confiar en que lo pueda realmente hacer), que reme por todos nosotros.

Por ello, estos días previos a las elecciones, a pesar de los éxitos o fracasos en el Mundial, nos deberían servir para recordar que la fuerza social, la fuerza de las mayorías, debe hacerse valer por todos, todos los días, en todos los rincones de nuestro país. No dejemos a los menos, decidir por los más. No nos autocastiguemos, a raíz de nuestros enojos, por muy válidos que sean. No dejemos en otros la vida de nuestro México, aunque se presenten con un disfraz mesiánico. No gritemos que viva México, o que sí se puede, así, en infinitivo, como si esa responsabilidad le correspondiera a los gobernantes, a los candidatos, o al destino, o a la suerte, o a una entelequia.

Vivamos México. Hagamos que viva, que sí se pueda, con la suma de acciones de cada uno de los más de 120 millones de sus habitantes. José María Morelos y Pavón lo dijo más claro: Temamos a la historia que ha de presentar al mundo el cuadro de nuestras acciones.