El género y su impacto en las ciencias, la tecnología, las ingenierías y las matemáticas
Por Genoveva Vargas-Solar
French Council of Scientific Research, LIG-LAFMIA, France
Genoveva.vargas@imag.fr
Los asuntos de género en STEM son un tema de dinero y de poder. Y no tanto de dinero como de capital para usar el concepto de Pierre Bordieu[1]. El sistema que propone es una compleja maquinaria de inter-relaciones de tres tipos de capitales que ejercen poder e influencia entre sí para organizar actividades y mercados sociales. Usaré la noción de capital definiendo los tres tipos introducidos por Pierre Bourdieu en un sésamo: educativo, material y cultural.
Si resumimos el problema de los asuntos de género en STEM, debemos hablar de un problema de desequilibrio en los diversos capitales, con los que entran los diferentes actores que participan en STEM. En el sistema económico y social que rige a esos actores, ha asociado a las áreas del conocimiento con los roles sociales masculino y femenino. Se ha pensado entonces que los hombres son más aptos para abordar cierto tipo de áreas del conocimiento que otras. La división es mucho más compleja, claro, porque intervienen también el factor socio cultural y el racial. El acceso a ciertas áreas del conocimiento ha sido también controlado de manera muy viciosa porque el modelo social encierra a ciertos individuos en un microcosmos doméstico, las embrutece, les agrega el fardo del silencio y la timidez y luego las considera poco aptas para abordar problemas que implican entrenamiento racional, por ejemplo.
En todo caso este desequilibrio atrae la atención de los diferentes sectores que mueven al mundo porque esto genera pérdidas que a final hacen que los países entren al mercado de la competencia con menos capital específico y por ende con menos posibilidades de obtener beneficios.
En sus libros Crear o morir, y Basta de historias, Andrés Openheimer habla de los nuevos valores inmateriales que mueven la economía actual y que moverán la del futuro. Dice Openheimer, la riqueza ya no está en la tierra, en la materia prima, está en el servicio y en el producto inmaterial que se producen en gran medida con conocimiento de STEM. Aquí, surgen dos tipos de desequilibrios desde mi punto de vista:
STEM no es popular. En su libro Basta de historias discute con preocupación el desequilibrio de la población de estudiantes inscritos en carreras derecho, administración que se desbordan en comparación con STEM. Latinoamérica está profundamente necesitada de gente educada en áreas de STEM. Los países con economías activas como Alemania carecen de brazos e importan cerebros expertos en estas disciplinas. Dos estrategias se les presentan, mano de obra inmigrante, o integrar a las mujeres al mercado productivo, comenta François Lenglet, conocido analista y economista del canal 2 francés. Muchos países optan por la mano de obra inmigrante, antes de empoderar de manera contundente a las mujeres.
El segundo desequilibrio es el de género, muy pocas jóvenes acceden a este tipo de educación y desarrollan carreras en este dominio. Las expectativas profesionales no parecen ser de alto vuelo si se analizan las cifras de ocupación de puestos de toma de decisiones, si se analiza el número de decanos en las áreas de STEM, rectores y presidentes en politécnicos, por ejemplo.
Si sólo una parte de la población produce ahí se pierde. Uno de los sectores que está quedando fuera de la ecuación es el sector de las mujeres y esto debilita al sistema en toda su complejidad. Veamos cómo se ve esto en números e insisto ya aquí vemos una diferencia de poder económico. Casi siempre son los países con economías oficialmente sólidas y con alto capital específico son los que disponen de fotografías numéricas de este asunto. La Figura 1 muestra un infographics generado por NCWIT (National Center for Women & Information Technology) sobre un estudio sobre la diversidad de género y sus beneficios en las organizaciones.
Figura 1 Estudio de NCWIT sobre la equidad de género y sus implicaciones
La pregunta es ¿cómo pasar al acto? Las estrategias oscilan entre el fomento a dar alas duraderas a los grupos menos representados en STEM y las acciones de discriminación positiva que parecen a veces una solución de fachada y que a mí me gusta calificar como derecho a la estupidez.
Fomento dando alas duraderas
Si analizamos el premio nacional de ciencias creado en el 45 que se otorga a una o varias personas o a una organización no gubernamental que cumpla con las características del premio, dentro de las siguientes categorías:
- Lingüística y Literatura
- Bellas Artes
- Historia, Ciencias Sociales y Filosofía
- Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales
- Tecnología y Diseño
- Artes y Tradiciones Populares
Vemos aparecer las primeras mujeres reconocidas hacia los 1979 (Guillermina Bravo en Bellas Artes) y hasta 1996 obtiene María Luisa Ortega Delgado el premio nacional en tecnologías y diseño junto a Adolfo Guzmán Arenas. Sobra decir que el número de reconocimientos es flagrantemente desequilibrado entre ellos y ellas. La asociación “Mujeres académicas y científicas mexicanas» promueve cada año la postulación de científicas con la estatura científica necesaria para aspirar a competir. México a través del CONACYT y ha sido activo creando programas que intentan buscar equilibrio. Por ejemplo, el premio nacional de ciencias L’Oréal. También fomenta programas de becas para madres jefas de familia y para sectores indígenas que permita aumentar la masa crítica y quién sabe, tener un semillero de talento más consecuente y equilibrado.
Aún hay trabajo por hacer, sobre todo porque las condiciones de capital en las que las mujeres que son el grupo menos representado en STEM entran al mercado son diferentes. Según la cultura aun podemos tener acciones de inserción de género limitadas que generan actividades puramente para mujeres, que además se llaman rosas, y que en general insisten más en contenidos asociados a la visión de las mujeres propias de la estructura patriarcal. Por ejemplo, en Europa se ha inventado por ejemplo la Olimpiada femenil de matemáticas en la que fue galardonada nuestra joven compatriota Olga Medrano. Hay otras acciones como la imposición de cotas de equidad de género que parece absurdas cuando sabemos que de todos modos no hay suficiente masa crítica.
No importa que las acciones sean erráticas creo que es importante sobre todo que sean visibles, que creen consciencia y que logren mover la balanza, aunque no sea por las mejores razones. Es importante que toda organización genere su propio debate y reflexión sobre los asuntos de género y decida si mantener el “status quo” o aventurarse a acceder a las oportunidades que esconde el equilibrio de género en el diseño de la praxis de la ciencia.
1 Esta reflexión fue presentada en el panel de equidad de género en las Jornadas Científicas CONACyT y Catalunya en Barcelona, 2016.
2 https://es.wikipedia.org/wiki/Pierre_Bourdieu
