Por Regina Kalach Atri*
Hoy qué palabras, qué poema, cual será el hilo conductor, la brújula, la vela que se hinche y que me lleve.
Algo se ha resquebrajado. Qué palabra. El sonido no me invita. Cuánto ruido que termina en nada. Frente al crac me veo con espada. No sirve. No es dragón lo que veo, es un no sé, tirado en medio del camino. Reseco . La cáscara de algo. Sigo, sin embargo, con armadura, el escudo y con mi espada. El sol calcina, el agua no me alcanza. Bebo lo que me resta. Desfallezco y caigo en un sueño enfiebrado donde hay brotes de palabras como restos de las flores de cactàceas que no he visto nunca pero sueño. No alcanzo ninguna.
Despierto en mi cama, sudorosa. Confundida, ávida de letra, de flores renacidas. Sin la vieja armadura, sin escudo y sin espada.
*Imagen publicada gracias a licencias Creative Commons