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Todos los negocios serán un banco

Todos los negocios serán un banco

Todos los negocios serán un banco

Por Enrique Dans*

No conocía el trabajo de Angela Strange, una ex-googler ahora en Andreessen Horowitz, y me ha llamado mucho la atención porque sostiene una teoría a la que llevo tiempo tiempo dando vueltas y que, de hecho, menciono en el capítulo 7 de mi último libro, «Viviendo en el futuro«, titulado «Seguro como un banco»: que en el futuro, toda compañía será una compañía fintech, es decir, que proporcionará algún tipo de servicios financieros a sus clientes.

Las razones para predecir esta evolución son muy claras: por un lado, los bancos son cada vez más impopulares entre sus clientes potenciales, especialmente entre los más jóvenes. No parecen haber logrado ser percibidos como organizaciones especialmente innovadoras en un contexto que sí se mueve a gran velocidad y ante el que tienden a mostrarse, en el mejor de los casos, levemente reactivas, y además, las barreras de entrada a la creación de todos los elementos requeridos en la cadena de valor de la banca han disminuido de manera sensible.

Hoy, cada vez más negocios de diversos tipos se integran en el negocio bancario: crear una compañía fintech y especializarse en alguna de las etapas de esa cadena de valor, como demuestra su elevada profusión, no resulta especialmente complejo. La licencia bancaria es un requisito cada vez más sencillo y que lo será más en el futuro, pero es que además de la licencia, desde los sistemas de información hasta la interfaz de usuario, pasando por la seguridad, los pagos o el análisis de datos son cada vez más elementos que pueden obtenerse en régimen de servicio. En realidad, la creciente abundancia de startups en el segmento fintech no es una consecuencia, sino un síntoma: los bancos tradicionales han dejado encima de la mesa oportunidades que todo emprendedor con vocación intenta lógicamente aprovechar en la medida de sus posibilidades.

Hoy, un banco es desde una minúscula fintech recién creada, hasta una empresa de telecomunicaciones, una compañía de electrónica de consumo o unos grandes almacenes. Todos podemos ser un banco, y de hecho, el serlo posibilita introducir en nuestro negocio, sea el que sea, muchos elementos que pueden plantear un valor diferencial y un nivel de comodidad potencialmente relevante para nuestros clientes. A medida que el machine learning se desarrolla y se aplica al negocio bancario, más y más prestaciones pasan de ser una oscura o poco conocida característica de la operativa, y pasan a ser una commodity a la que cualquiera puede acceder. Los bancos tradicionales, operando desde una posición de supuesto privilegio durante décadas, han dado lugar a una cultura de relación con el cliente que ya no resulta aceptable, y que se están mostrando incapaces de redefinir. Cualquier fintech es capaz de explicar mejor y de manera más transparente su negocio a los clientes que como lo hace un banco tradicional.

El artículo de Strange, largo, detallado y con vídeo incluido, es de los que vale la pena leer con cierto detenimiento. Sobre todo, si tienes relación con el negocio bancario. Y si no, también: de una manera o de otra, y te dediques a lo que te dediques, la vas a terminar teniendo. Para desgracia de los bancos tradicionales, todas las compañías se van a convertir en bancos.

*Texto íntegro e imágenes, publicados gracias a licencias Creative Commons

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