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El problema de los enlaces rotos en los libros

El problema de los enlaces rotos en los libros

El problema de los enlaces rotos en los libros

Por Enrique Dans*

Hablé por primera vez con Mark Graham, Director de The Wayback Machine en el Internet Archive, el pasado 20 de mayo, a cuenta de esta entrada sobre el problema del link rot en la red: Mark me contactó a través de un mensaje directo en Twitter para expandir y puntualizar la información que ya había proporcionado en aquel artículo, explicarme que la herramienta que yo mencionaba que permitía mantener actualizados los enlaces de Wikipedia era un desarrollo de su equipo, no de la propia Wikipedia, y que los veinte millones de URLs que archivaban cada mes procedentes de 290 sitios de Wikipedia no eran más que una pequeña parte del total de 1,500 millones que archivaban cada mes.

Semejante dimensión y la buena disposición de Mark me llevó a contactarlo de nuevo cuando estaba en la fase final de la redacción de mi libro, «Viviendo en el futuro«, en cuyas notas al pie aparecen un total de 498 enlaces – algo que no extrañará a los que me leéis habitualmente y sabéis que pongo un gran énfasis en tratar de proporcionar a mis lectores no solo mi opinión, sino también las fuentes de los materiales en los que se basa. De hecho, esa obsesión por los enlaces no tiene nada que ver con ninguna táctica de SEO ni nada por el estilo, sino con una manera de mantener ordenado mi propio archivo de referencias para cuando necesito recuperar información para mis clases, artículos o conferencias: estoy seguro de ser el mayor usuario de las herramientas de búsqueda de mi propia página. La razón para volver a contactar a Mark tenía que ver con mi inquietud por poder ofrecer a los lectores de mi libro una obra en la que los enlaces no caducasen, en evitar que si alguien leía el libro dentro de unos años, no se encontrase una pléyade de errores «404 – No encontrado» al intentar volver a las páginas citadas en las notas al pie.

Mark me contestó inmediatamente, y me proporcionó una forma sencillísima de solucionar el problema: «la mejor manera es una Google Sheet, con los enlaces en la columna A». Lo hice, y en cuestión de horas, en la misma hoja de cálculo aparecieron tres columnas adicionales, una con el estado de la petición, otra con el error correspondiente si se había producido alguno al intentar recuperar la página, y otra con el enlace permanente ya archivado. El procedimiento falló únicamente en unas 45 páginas, y para esas, Mark me ofreció simplemente que utilizase una de sus herramientas de desarrollo reciente, un formulario público para dar de alta en el Internet Archive cualquier página. Lo hice (me llevó menos de un par de horas), y pude entregar a Planeta – fuera de plazo, eso sí… perdona, Roger – una colección de URLs permanentes para poner en lugar de las originales que había referenciado originalmente en mis notas al pie.

Con su buena disposición y su accesibilidad, Mark Graham se ganó un agradecimiento en la sección correspondiente de mi libro, que es poca cosa, y si alguna vez llego a conocerlo en persona, sin duda una buena comida 🙂 y Planeta se convirtió, mientras nadie me diga lo contrario, en la editorial que ha publicado el primer libro cuyos enlaces están todos archivados de manera permanente en el Internet Archive, a salvo del link rot. Un procedimiento que sin duda se va a convertir en norma para toda aquella obra que tenga cierta pretensión de durar en el tiempo, y que recomiendo vivamente para, por ejemplo, referencias en papers académicos y otros usos similares.

El Internet Archive y The Wayback Machine son cosas que, si no existiesen, habría que inventarlas. Pero ahora, además, son una herramienta fundamental para todo aquel que pretenda crear contenidos y aspirar a que tengan una cierta durabilidad después de archivados. Una actividad que mejora herramientas muy importantes y útiles para todos como Wikipedia, a la que acaba de dotar de previsualizaciones de dos páginas de los libros que cita, pero que también podemos utilizar todos los que creamos contenido en la red. Mediante la herramienta de archivado de páginas puedes, por ejemplo, archivar no solo lo que acabas de escribir, sino también pedir que se almacenen todas las páginas a las que enlazaste en tu página, convirtiendo algo tan modesto como esta simple página personal en algo permanente en el tiempo y que permite recuperar los enlaces que van desapareciendo, dando lugar a una web de más calidad, con menos enlaces rotos, en la que más cosas se salvan de los estragos del paso del tiempo.

*Texto íntegro e imágenes, publicados gracias a licencias Creative Commons

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