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La emergencia climática y la importancia del lenguaje

La emergencia climática y la importancia del lenguaje

La emergencia climática y la importancia del lenguaje

Por Enrique Dans*

El prestigioso diario británico The Guardian cambia su libro de estilo para modificar la terminología con la que se refiere al mayor reto que la humanidad afronta en el momento actual, el problema medioambiental, como parte de una iniciativa para tratar de comunicar de manera adecuada y rigurosa, reflejando adecuadamente los fenómenos que cada término representa.

En lo sucesivo, términos como «climate change», «cambio climático», que evocaban simplemente un cambio en el clima que podría ser interpretado incluso como algo benigno, serán sustituidos por «climate crisis», «crisis climática» o por «climate emergency», «emergencia climática», que proporcionan una medida mucho más clara y evidente de la magnitud del problema, mientras que otros como «global warming» será sustituido por «global heating», igualmente con una interpretación más correctamente alarmante sobre su magnitud.

La iniciativa me parece mucho más importante de lo que parece, y de hecho, acabo de adoptarla en esta modesta página. El lenguaje condiciona muchas más cosas de lo que parece, y llamar a las cosas por su nombre es fundamental en este tipo de situaciones, como recientemente recordó la reciente portada de la revista Time, la gran Greta Thunberg, en un tweet.

Otro término importante actualizado es el de «climate sceptic», que pasará a ser adecuadamente formulado como «climate science denier», reflejando el componente de negación del conocimiento científico que supone esa postura considerada desde hace tiempo como completamente inculta e insostenible. El pasado septiembre, la BBC admitió en una nota interna que la información que proporcionaba sobre temas medioambientales no estaba en muchas ocasiones adecuadamente formulada, y dijo a sus redactores que las evidencias científicas no admiten equidistancia y que no era en absoluto necesario contar con la opinión de ningún negacionista con el fin de «equilibrar el debate»:

As climate change is accepted as happening, you do not need a ‘denier’ to balance the debate. Although there are those who disagree with the IPCC’s position, very few of them now go so far as to deny that climate change is happening. To achieve impartiality, you do not need to include outright deniers of climate change in BBC coverage, in the same way you would not have someone denying that Manchester United won 2-0 last Saturday. The referee has spoken.

El lenguaje, en efecto, es muy importante. Llamar a las cosas por su nombre puede contribuir a ponerlas en el contexto adecuado, y es una parte importante del enfoque en la solución de cualquier problema. Pero por supuesto, no lo es todo. Queda mucho por hacer, y el estado de opinión que ya predomina en el Reino Unido, donde el 76% de la población reconoce que estamos en una emergencia climática, y en otros países desarrollados está aún muy lejos de estar adecuadamente difundido en otros. Queda mucho por hacer. Hay que seguir trabajando.

*Texto íntegro, publicado gracias a licencias Creative Commons

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