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Declarando el estado de emergencia climático

Declarando el estado de emergencia climático

Declarando el estado de emergencia climático

Por Enrique Dans*

El laborista Jeremy Corbyn lanza una propuesta de ley en el Reino Unido para declarar el estado de emergencia climático, coincidiendo con el análisis de una serie de documentos confidenciales que revelan que el gobierno únicamente ha invertido una pequeña parte de un fondo creado en 2015 para promover iniciativas relacionadas con proyectos de reducción o eliminación de las emisiones y la contaminación.

La declaración de emergencia climática exige actuaciones urgentes destinadas a evitar que el calentamiento global supere los 1.5ºC, lo que a su vez implica conseguir que en el año 2030 las emisiones globales hayan disminuido un 45% con respecto a las del año 2010, y lograr emisiones cero en el año 2050. Estos objetivos implicarán medidas con un despliegue mucho más acelerado que lo que la gran mayoría de los gobiernos mundiales habían planteado hasta el momento, y el desarrollo de una nueva mentalidad y conciencia en este sentido.

Por el momento, con el laborismo en minoría, a lo que Corbyn aspira es a ejercer presión sobre los representantes conservadores para que se definan en un tema que, con las recientes manifestaciones en las calles de grupos como Extinction Rebellion ganando apoyo a gran velocidad, está ganando cada vez más importancia en la agenda política del país. Pero en la práctica, una declaración de emergencia climática en un país como el Reino Unido podría desatar también una reflexión colectiva y una serie de movimientos similares en otros países, con todo lo que ello podría conllevar.

Conviene que vayamos familiarizándonos con el término “emergencia climática”, porque es realmente el estado en el que estamos actualmente, por mucho que existan enormes intereses tratando de negarlo. El Club de Roma define el estado de emergencia climática en un documento en el que define la necesidad de transiciones económicas rápidas destinadas a la descarbonización de la economía: no se trata de entrar de ninguna manera en modo pánico, sino de pasar de una mentalidad de “el problema aún no es serio” a otra que reconozca la elevada probabilidad de una escalada del calentamiento a niveles de imposible control en el momento en que los ciclos de realimentación se disparen, algo de lo que el planeta lleva ya un tiempo avisándonos. La alerta está más que justificada, como lo está la indignación con unos gobiernos que, de manera completamente irresponsable, han contribuido a ocultar el problema durante años. Exigir el desarrollo inmediato de acciones de emergencia es fundamental, y no fundamental para ninguna agenda político ni económica, sino para algo mucho más importante: la supervivencia.

Es importantísimo que seamos capaces, como sociedad, de tomar conciencia de la importancia del momento actual, de la necesidad de tomar decisiones aparentemente radicales, y de cambiar de manera significativa nuestro estilo de vida. Solo apoyando sin fisuras la declaración de ese estado de emergencia climática conseguiremos una mentalidad adecuada que permita superar el desafío. Esto deberá condicionar cómo hacemos muchas cosas: cómo consumimos, cómo votamos y hasta cómo nos expresamos, porque actitudes como el catastrofismo o el escepticismo no nos llevarán a ningún sitio. Y por supuesto, conllevará muchos cambios, pero también muchas oportunidades.

Estamos – o mejor dicho, llevamos mucho tiempo – en estado de emergencia climático. El Reino Unido está iniciando un movimiento para declararlo, y puede ser una decisión sumamente importante para todos. Es el momento de tomar conciencia de ello.

*Texto íntegro, publicado gracias a licencias Creative Commons

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