El cambio climático como variable política
Por Enrique Dans*
Hace unos días, estudiantes de todo el mundo se manifestaron en más de cien países, incluida España, en protesta por la inactividad de los políticos con respecto a un problema que perciben como suyo y ante el que sienten que tienen que reaccionar porque afecta a su futuro: el cambio climático.
Siguiendo el ejemplo de Greta Thunberg, la dieciseisañera sueca que en agosto de 2018 comenzó a manifestarse en solitario ante el parlamento de su país demandando medidas contra el cambio climático, miles de jóvenes salieron a la calle como parte del movimiento Climate Strike, un llamamiento pacífico a la acción que demanda la interrupción de la extracción de combustibles fósiles, el cambio a energías 100% limpias y la ayuda a los afectados por el cambio climático.
Los jóvenes se han hartado de negacionismo y de inacción. El consenso científico es total, digan lo que digan algunos ignorantes: el cambio climático está teniendo lugar, es perfectamente demostrable, y está causado por la actividad humana. Los jóvenes lo saben, entienden perfectamente lo que está en juego, y se lanzan a las calles para exigir unas acciones que prácticamente ningún gobierno está acometiendo con la velocidad, la seriedad y la decisión suficientes. En lugar de ir al colegio, se manifiestan, porque saben que sus notas medias no van a tener ninguna importancia si el planeta mantiene su ritmo de recalentamiento. Como comenta Jason Hickel en Twitter, “todos aquellos que piensen que el movimiento es simplemente una moda no están prestando la debida atención: el movimiento no solo está creciendo rápidamente, sino que, en breve, los estudiantes que lo protagonizan se movilizarán, votarán, derrocarán a gobiernos inútiles y cambiarán radicalmente el panorama político. El futuro está sucediendo”.
Movimientos como Juventud por el Clima o Fridays For Future se coordinan y expresan en páginas web y redes sociales y salen a la calle para protestar por algo que consideran muy importante, porque saben que su futuro pasa por convencer a una generación de irresponsables de que es fundamental hacer cambios ya, ahora, no dentro de varias décadas cuando el problema sea ya completamente irreversible. El cambio climático está pasando de ser un asunto considerado relativamente marginal a convertirse, debido fundamentalmente a las acciones de los jóvenes, en una cuestión central en la agenda política. Los candidatos que renuncien a considerarlo importante y que no propongan medidas serias y urgentes para hacerle frente se encontrarán con una caída significativa de sus posibilidades de éxito en una parte muy importante del electorado joven. Y de la política, pasaremos a la economía: muchos de esos mismos jóvenes ya comienzan, aunque no resulte aún sencillo, a sesgar sus preferencias de consumo en función del comportamiento de las marcas con respecto al cambio climático y a la seriedad de sus compromisos en términos de responsabilidad social corporativa.
Si sigues pensando que el cambio climático no es importante y que no tenemos que hacer nada ni modificar en nada nuestra vida para intentar evitarlo, te estás perdiendo algo. Y seguramente sea lo más importante que te hayas perdido en toda tu vida.
*Texto íntegro, publicado gracias a licencias Creative Commons