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“No podemos ofrecerles a los jóvenes que vivan sin utopía”: Fernández Font

“No podemos ofrecerles a los jóvenes que vivan sin utopía”: Fernández Font

“No podemos ofrecerles a los jóvenes que vivan sin utopía”:

entrevista al Dr. Fernando Fernández Font, rector de la Ibero Puebla

Por Mónica da Silva González

Relajado y sincero, fiel a su estilo que no ha cambiado un ápice en más de una década en Puebla, Fernando Fernández Font responde ante inquietudes de jóvenes, sus padres y público en general que será dirigido, contratado y gobernado por estos muchachos en pocos años.

El rector -por segunda ocasión- de la Ibero Puebla habla de los sueldos, las universidades ‘garage’ o ‘patito’, la situación insegura de Puebla y la incapacidad del Estado para ofrecer condiciones, la reducción de presupuesto en CONACYT, la formación en valores, la necesaria sociedad del conocimiento y los jóvenes ante situaciones de corrupción.

ENTREMÁS: Sobre la educación superior en Puebla, ¿qué panorama ve, la perspectiva de crecimiento después de cierto bache que hubo hace una década? Ya nuevamente Puebla es la ciudad universitaria en ‘boom’ que todos sabemos que es.   Y la perspectiva ante los bajos salarios, ante las quejas de las becas a los NINI’s propuestas por el nuevo gobierno, que a veces casi igualan a ciertos salarios…

Fernando Fernández Font: Yo creo que sí es cierto que hubo un boom aquí en Puebla que implicó el crecimiento de la educación superior principalmente, también otro tipo de educación , pero el crecimiento de la superior fue impresionante. Yo estuve aquí la primera vez en el 2005 y sí se veían muchas universidades que aparecían de la noche a la mañana y era un crecimiento normal; sin embargo, desde aquella época ya se planteó el hacer de Puebla una ciudad universitaria, lo que tuvo dos aristas diferentes y contradictorias: una era un grupo de universidades que nos interesa la calidad y que empezamos a formar un consorcio cuya primera característica es ‘no vamos por el lucro, no vamos por la ganancia, no estamos instrumentalizando la educación para llenarnos los bolsillos de dinero, sino la educación…

EM: No hay dueños sino patronatos…

FFF: Y somos asociación civil, entonces incluso si tú la vendes, no puedes llevarte el resultado de lo que saques, sino que tienes que invertirlo en un nuevo sistema educativo, porque con este sistema evitamos impuestos y podemos salir adelante en la propuesta.  Pero al mismo tiempo se empezaron a generar las llamadas universidades ‘patito’ o de ‘garage’ y eso comenzó a complicar porque ante el estado, ¿vale igual ese título que el de mi universitario, que se ha esforzado, que ha tenido ya una serie de experiencias de formación, de prácticas sociales de servicio social, que trae una mentalidad diferente, a la de una universidad garaje? ¿El estado reconocerá igual a un abogado de allá a uno nuestro que tiene un sentido ético, moral?  Eso empezó a ser conflictivo. ¿Cómo cuando tú quieres acreditar una carrera, conseguir un nuevo REVOE, tienes tantas dificultades y porqué ellos nacen de la nada? Empezó a ser un problema esa multiplicación de instituciones educativas, se habla de más de 220 en Puebla y no puede ser: ahí hay negocios, permisos que se han conseguido a través de conveniencias, etc.

“¿Cómo cuando tú quieres acreditar una carrera, conseguir un nuevo REVOE, tienes tantas dificultades y porqué ellos nacen de la nada? (…) ahí hay negocios, permisos que se han conseguido a través de conveniencias, etc.”

También últimamente lo que está pasando frente a las agresiones de nuestros estudiantes, principalmente mujeres, los papás se empezaron a preocupar y eso sin duda ha podido hacer que esta ciudad universitaria que ha sido tan importante para el desarrollo del estado (porque vienen papás, invierten, rentas, comida, ropa) y de pronto te encuentras con papás que nos dicen ‘prefiero no venir’, y nosotros -en general las universidades del consorcio- tenemos un 45% de alumnos que vienen de fuera (de alguna región del interior o Tabasco, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz) y de pronto dicen ‘estamos huyendo de la inseguridad y acá volvemos a lo mismo’. El sexenio anterior, favoreció mucho la violencia porque quitó recursos para la seguridad, el bienestar y el desarrollo real de la gente y entonces la criminalidad, los narcos, los secuestros, los asesinatos crecieron.

EM: ¿Qué hacen las universidades al respecto, además de exigirle a las autoridades?

FFF: Nosotros hemos estado no sólo exigiendo sino haciendo reuniones con los secretarios y encargados de seguridad de las universidades para protegernos, descubrir qué podemos hacer, qué sugerencias podemos darles a las autoridades, a los secretarios de seguridad, etc., pero al mismo tiempo es muy importante el papel crítico que tenemos en la realidad en la que estamos inmersos, no sólo decir ¿cómo protegemos a los chavos y nos protegemos como universidad?, sino sentamos una crítica constrictiva para aquellas políticas publicas o cuestiones gubernamentales que no están favoreciendo el bien común de nuestra región.

No nos hemos quedado callados, hemos criticado, nos han espiado -no nos importa- pero nosotros pensamos que también la universidad no puede ser un reducto que sólo proteja a sus estudiantes, sino que genere ideas, sugerencias, políticas. Y otra de las cosas que nosotros hemos hecho -esto fue con el ayuntamiento de Luis Banck y que gracias a Dios Claudia Rivera, la actual alcaldesa está dispuesta a seguir-, es un proyecto que en diez de las zonas más pobres del municipio para hacer proyectos de economía social y solidaria, es decir, crear microempresas con la gente que menos recursos tiene y que menos posibilidad tiene de salir adelante, entonces son los famosos NINIs’ o bandoleros que no tienen nada y de alguna manera lo buscan.

Ese proyecto fue muy interesante porque llegamos a crear alrededor de 300 empresas y más de mil 200 puestos de trabajo y eso terminó en dos puntos de venta en los principales centros comerciales de puebla con la marca ‘Yo compro poblano’, para lo que fueran produciendo ellos, tuviera la posibilidad de llegar y mantenerse en el público.  Ese tipo de cosas pueden ayudar a disminuir la violencia.

EM: Retomando el tema de los salarios de un egresado: se le enfrenta a un mundo laboral muy castigado y ahora hay políticas públicas que dan una beca de tres mil 600; tal vez no compite un egresado de la Ibero con esto pues claramente aspira a algo más, pero ¿qué responder ante esta perspectiva de estos jóvenes que les costó invertir más en la universidad de lo que van a ganar?

FFF: Eso es real.  Hoy en día, el desarrollo global-económico del país está beneficiando a una clase y dejando de lado a la inmensa mayoría de la población y lo que pasa es que la clase media se ha ido desbaratando.  Estamos haciendo una copa en la que hay relativamente empresarios y fabricantes políticos con muchísimo dinero y luego se angosta, y la clase media que no tiene prácticamente nada, se va extendiendo más la plataforma de esa copa, donde está la inmensa mayoría de la gente de México.  Entonces tú puedes decir que un estudiante que no eres hijo de papá y sales a enfrentarte al mundo, pues ¿quién te va a dar trabajo?

Antes era la clase media que daba oportunidad de que hubiera suficiente trabajo -pues hay cierta clase media que sí tiene empresas- y entonces se iba extendiendo y repartiendo el dinero.  Cuando eso no existe, te quedas al aire y como unos pocos son dueños del capital y de los recursos, entonces ellos mismos no se dan cuenta que están presionando el cinturón de los estómagos de la gente y no les importa en las grandes empresas decir ‘te pago 5 mil’ aunque tengas el título que tengas, y si quieres porque hay cien detrás de ti que están buscando el trabajo.

Obvio que de alguna manera cuando vamos sacando egresados bien capacitados, bien preparados, con un sentido de honestidad y todo, van encontrando trabajo (es difícil decir porcentaje porque no te dicen o desaparecen) pero por lo general, cuando hemos tenido desayunos con egresados y hablo, nadie me ha dicho ‘es que no tengo trabajo’, ‘es que salimos mal preparados’ ‘es que se nos está cerrando la vida’ -claro, a lo mejor los otros están tan mal que ni siquiera vienen al desayuno- pero no me da la impresión que nuestros egresados sean personas que no consiguen un trabajo. Puede ser que emprendan su propia empresa y puedan ir construyendo esos espacios que les van abriendo la vida.  No está nada fácil, tienen que salir muy bien preparados -yo siempre les digo que el futuro está en aquellos que se manejen mejor a nivel conocimiento- y aquí en la universidad los estamos orillando a emprender don sus mismos compañeros las empresas del futuro.

“El reto es que no se sientan abrumados,

que no se sientan derrotados”

Si así esta la perspectiva para un estudiante de licenciatura, ¿qué aliciente se puede tener para estudiar un posgrado? Leía una nota con el estereotipo de ‘taxistas con maestría’…

FFF: Hoy en día está muy exigido por la sociedad del conocimiento que te sigas preparando.  Yo lo separaría, si consigues o no trabajo, no lo sé. Pero lo que sí se es que la gente no puede dejar de prepararse. Los posgrados son viernes en la tarde o sábados y si son caros, se pueden conseguir becas, pero hoy en día la exigencia de conocimiento desborda lo que antes sólo era la herencia de la carrera, que ya sabías que podías salir adelante. Hoy no. Hoy necesitas la carrera, un posgrado o dos, diplomados, especialidades y si puedes, doctorado.

Por otro lado, tampoco el que tengas maestría, te garantiza automáticamente el trabajo, pero yo creo que te da más posibilidades y cada vez más por ejemplo empresas como VW si tiene un posgrado, eligen así, piden más y más.  En la misma universidad una persona que da clases en licenciatura tiene que tener maestría (hay sus excepciones), pero sí creo que el mundo hoy está muy complicado, pero que también cada generación ha tenido sus propios problemas y el reto es que no se sientan abrumados, que no se sientan derrotados, que sepan que tienen buenos instrumentos para salir adelante.

EM: En esta cuestión de los posgrados, ¿qué opinión le merece lo que está ocurriendo en CONACYT? La reducción de recursos, las quejas sobre la nueva administración, el retiro de becas, sobre todo a los que ya iniciaron procesos y la eliminación de becas en humanidades.

FFF: Me parece un error garrafal y vuelve a presentarse una doble vertiente muy complicada, pero un país que no sigue reflexionando y preparando a su gente, no puede salir adelante. Que CONACYT le retire las becas a las personas que ya están estudiando, digo ¿a dónde vamos? No puede ser. Un país que no tenga gente preparada no tiene futuro, porque qué ¿vamos a ser obreros todos? Bueno, qué bueno que todos fuéramos obreros, pero necesitas obreros capacitados y gente que esté tratando de abrir nuevos ámbitos de producción, de exploración, de invención; hoy en día la gama de invención que nos ha dado la tecnología es casi infinita y cada vez se multiplica más. Entonces, quedar al margen de la sociedad del conocimiento y desarrollo tecnológico, es condenar al país a ser un país de maquiladores y eso es terrible.

“Quedar al margen de la sociedad del conocimiento y desarrollo tecnológico,

es condenar al país a ser un país de maquiladores”

Por otro lado, también lo que está pasando, es que alguien estudia, se prepara, sale y no tiene trabajo.  O es un genio y pasa lo que conocemos como ‘fuga de cerebros’ que se van a Estados Unidos a trabajar. Entonces estamos en ese proceso que, si el estado no provee de suficientes puestos de trabajo, no impulsa el desarrollo económico del país, no impulsa la innovación y la creatividad, vamos a seguir igual; ¿estamos invirtiendo en capacitar a la gente para que vayan a lucir a otros países? ¿Y nos quedemos igual de pobres nosotros?  Pero ¿cómo se quedan si no hay posibilidades de trabajo?

El gobierno está tomando decisiones muy extrañas, está a punto de suprimir al Instituto Nacional de Evaluación de la Educación que si algo nos puede dar una orientación de cómo está la educación y dónde hay que hacer algo es esa institución, o el INEGI, todas las investigaciones que hacen, son ese pulso del país en una serie de campos imprescindibles que tenemos que tener una investigación seria, no partidista, entonces están reduciendo y es volver un estado muy miserable, no hay inteligencia, no hay capacidad y no hay desarrollo.

EM: Sobre la situación política en Puebla; nos tocó vivir meses muy difíciles dado el accidente de la exgobernadora, la situación política de la nueva gubernatura, en este caos e incluso antes, creo que se necesita una abierta participación de la sociedad civil. ¿Cómo ve a los jóvenes principalmente respondiendo a casos de corrupción, a cierta apatía y sobre todo a la falta de valores de lo que nos inunda siempre, saqueos, robos o el mismo huachicol, el pretexto de ‘me tengo que valer de algún lado’, tal vez no es la clase a la que pertenecen los jóvenes que vienen aquí a la Ibero, pero cómo ve la situación con ellos?

FFF: Yo creo que el tema de la honestidad, de denuncia contra la corrupción, de tener valores éticos, de sostener una moral, es una tarea inmensa de cada una de las personas que vivimos en este mundo, no es una conquista de una vez para siempre; el ser honesto, que no acepta la corrupción está implicando personas maduras que son capaces de renunciar a sus propios beneficios con tal de sostener un criterio ético, un ideal moral…

EM: Por el bien común…

Claro, decir ‘antes que yo, está el Estado; antes que yo, está la población, el otro y entonces juntos podemos trabajar para algo y eso es algo que se forma, que hay que estar luchando para que los jóvenes no caigan en la tentación fácil de la corrupción y eso es muy difícil, Nosotros como universidad jesuita, con la formación de los programas de ARU (Área de Reflexión Universitaria), intentamos dar valores, pero ¿quién te garantiza que las decisiones futuras de estos jóvenes -sobre todo frente a necesidades- van a responder conforme a la ética?

EM: Salen jóvenes soñadores que creen que van a ayudar y en el primer puesto de trabajo, alguien les llegó…

FFF: Te pongo un ejemplo: una egresada nuestra, estando en el Gobierno del Estado -en el área de Comunicación- la obligaban a mentir, entonces ahí está el dilema ético: ahí tiene trabajo, si se sale, no es fácil conseguir, pero si se queda, está traicionando sus principios, ¿qué hace? Es un poco lo que algunos decían de todas las familias que están robando el huachicol: el Estado no les ha dado las oportunidades y las condiciones para desarrollarse.

Los grandes sindicatos -Romero Deschamps y ellos- han robado todo (el PEMEX paralelo del que se habla ya), entonces claro que está mal, no se puede tolerar ningún tipo de robo, pero no te eches encima de esa gente sin antes atacar simultáneamente al otro; ¿cuántos sexenios lleva Romero Deschamps? ¡Desde la Quina! Pero con eso no pasa nada. Entonces es evidente que a veces, por las circunstancias que vivimos, por las carencias, pues a lo mejor esta chica dice ‘tengo un hijo’…. Es la gran tristeza de un país donde parece que las condiciones sociales no ayudan a que la gente sea honesta.

EM: El ejemplo tendría que venir de arriba hacia abajo, castigar a los grandes corruptos primero..

FFF: …y un gobierno tendría que decir la verdad, tan sencillo como eso y no obligar a la gente a mentir; dicen que una oficina de gobierno, entre más ventanillas tienes que acudir para conseguir un trámite, más corrupción puede existir, porque cada una se detiene, te dice que no se puede, que vengas mañana, hasta que dices ¿cuánto quiere para sacar esto? Entonces si te das cuenta, a los jóvenes los invitamos a no ser corruptos, pero esta sociedad les dice ‘puedes ser corrupto’.  Lo que sí me da gusto es que hay egresados nuestros que se han mantenido muy honestos, que han conseguido un trabajo en donde no los obligan a mentir, pero es difícil; yo me pregunto cuántas empresas de ‘cuello blanco’ hacen reparto de utilidades, pagan salarios justos, no hacen simulación, hay muchos fraudes por todos lados.

EM: ¿Los jóvenes podrían tener una mayor participación? El alzar la voz, cuántos jóvenes hay en el Congreso diciendo ‘yo tengo esta investigación’, esta conexión con el Estado…

FFF: Es un porcentaje muy bajo y a veces las acciones que en un tiempo fueron eficaces, han dejado de serlo, por ejemplo, una marcha ¿y qué logras? Al día siguiente se acabó y no pasó nada, entonces dice el joven ¿cuál es mi espacio de acción real y de incidencia en la sociedad que vivo?  Puedo ir y sacar una pancarta y exigir y los diputados -bola de cínicos- te ven de arriba abajo, te dicen ‘pobre chamaco’ o te mandan los policías, es muy complejo.  Ahora, si le cruzas el gran interés de un joven cuando termina es ¿de qué voy a vivir? Entonces no anda pensando a qué manifestación voy a ir, qué ley sacaron en el congreso que quiero impugnarla.

A mí me gusta utilizar un símil de que cada egresado es como una luminaria de justicia, de honestidad, de igualdad, de buen trato hacia los demás, de defensa de los valores humanos, de los derechos, entonces ojalá que donde estén, arrojen una luz que ilumine zonas obscuras donde están… si muchos nos juntamos iluminando así, vamos a conseguir espacios más grandes de honestidad y de justicia.

“Que su modelo, su referente de vida y de sociedad, no sea el de la sociedad de consumo: que no sea que estén trabajando para tener un Mercedes Benz, sino ‘cómo tengo lo necesario, suficiente para obtener una vida honesta, pero que así vaya siendo solidario con el otro’”.

Entonces que no dejen de buscar trabajo, sino que donde estén, manifiesten una manera diferente de pararse ante la realidad: no me paro en el pantano de la criminalidad, me paro acá y desde aquí voy a luchar para conservar esto; que es una utopía, pues sí, pero no podemos ofrecerles a los jóvenes que vivan sin utopía, yo no puedo decirle ‘pues tú ya olvídate’.  Alguna vez un conferencista (costó mil pesos el boleto hace diez años, más de 1500 jóvenes y padres de familia) casi les dijo: ‘entonces jóvenes les queda claro: el que no transa no avanza’ y si quieres subir, pisa al de abajo, si no nunca vas a llegar a donde quieras.

Yo no puedo decir algo parecido, porque prefiero que se enfrenten a la realidad o que fracasen, pero luchando por algo que valga la pena. Es una de las cosas más importantes que estamos tratando de hacer: que el joven tenga sentido. Y el sentido lo va a tener cuando rompe su propio cascarón y se da cuenta que hay gente que sufre mucho más que él y que él tiene una conciencia moral y un deber para hacer algo por el otro hermano caído.

EM: Concluyendo esta plática, ¿algún mensaje que quiera decir a los jóvenes?

FFF: Lo que creo es que es maravilloso ser joven, que, aunque estamos en circunstancias muy complicadas, que no se sientan ni superhéroes, ni derrotados.  Que la vida a cada generación le plantea sus grandes problemas y sus grandes oportunidades, y que sepan sacar la garra que la formación ignaciana tiene, que para eso es el magis, de dar más, no te consueles con menos, no seas mediocre, no te acomodes, tú das para más -que es parte de nuestra campaña- tú puedes ser algo más, puedes ayudar mejor, haz tu mejor esfuerzo.

Creo que si están potenciados y dinamizados por el magis ignaciano, podrán saltar los obstáculos que tengan y saldrán adelante.  Que su modelo, su referente de vida y de sociedad, no sea el de la sociedad de consumo: que no sea que estén trabajando para tener un Mercedes Benz, para viajar por todo el mundo, para tener 20 casas, que su modelo sea ‘cómo tengo lo necesario, suficiente para obtener una vida honesta, pero que así vaya siendo solidario con el otro’, no pensar en mi bolsa de no sé cuántos miles de pesos, ropa de marca, etc.  Yo les diría, luchen por lo que vale la pena, nunca pierdan sus convicciones, denle sentido a lo que les dé una razón de vivir en la vida y ábranse al futuro con confianza.

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